Al momento, en Cayambe se realiza una investigación para hacer compostaje con los resíduos del licor.

Estudiantes de agronomía, catedráticos, y pequeños productores de productos derivados del penco (llamado también agave o maguey), de Loja, Azuay y otras provincias, en un total de 110 personas, participaron del simposio donde se discutió sobre esta especie, evento desarrollado por iniciativa de la organización Agrovida.

En la parte central del auditorio de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad de Cuenca, los productores de licor y miel de penco Remigio Capelo (de la comunidad de Ñamarín) y José Suconota (de El Rodeo) escuchaban atentos cada una de las intervenciones de expertos; ellos querían ampliar sus conocimientos para mejorar sus emprendimientos. Capelo asegura que en Nabón producen licor de penco desde el año 1983.

Los pocos productores artesanales que existen en esta jurisdicción azuaya reconocen a don Isaac Sanmartín, de la comunidad Uduzhapa, como el pionero en arte del destilado de aguardiente de pulque (líquido extraído de la planta de agave o penco), llamado en la cultura ancestral chaguarmishqui y en México, tequila.

Ayer, como parte del evento académico, los tres principales productores de derivados del penco, Remigio Capelo y José Suconota (Nabón) y Salvador Ortega (de Oña), con sus marcas Don Capelo, Don Isaac y Trancahuaico, respectivamente, expusieron sus productos en la parte exterior del edificio universitario, ante un gran público que se acercó para degustar y adquirir el tequila, los vinos, jaleas y jarabes, entre éstos últimos se incluyó el de tuna.

Muchas son las bondades que se destacaron del penco: se mencionó, por ejemplo, que el jarabe o miel es propicio para regenerar los músculos, ayuda en caso de dolor de rodillas y columna vertebral, alivia problemas de artrosis, asma, insomnio, anemia, colitis y diabetes.

Y es que a decir del mexicano Luis Antonio Parra Negrete, uno de los conferencistas, el penco, es poseedor de azúcares beneficiosas que tendrían la cualidad de ayudar a la regeneración de las células humanas. Se estima que el penco producido para la industria es una alternativa rentable de trabajo; en una hectárea caben entre 10.000 y 12.000 plantas, las cuales se trasplantan a los dos años, en tanto, los cultivos definitivos en una hectárea se abarca 3.000 plantas.(AZD)-(I)

Adaptabilidad

Luis Antonio Parra Negrete menciona que otra virtud de la planta de penco es la facilidad con que se adaptan estas plantas a los diferentes pisos climáticos, lo que ha facilitado incluso la aplicación de proyectos como el de la “Vaca verde”, que no es sino la posibilidad de sacar la planta de lugares de difícil acceso para acercarlos a los domicilios de los campesino y extraer el pulque (llamado “guarango” en el norte del país) durante varios días, sin que la planta se malogre.

Por su parte, el cayambeño Edison Quishpe, fundador del emprendimiento Kaya Indeslae, dice que el penco tiene estrecha vinculación con la cultura andina: cada parte de la planta es útil y tiene su nombre propio, por ejemplo, de la fibra se hace la cabuya, de las raíces se elabora shampoo, de la flor se hacen ensaladas.

Pero además de las hojas secas quemadas se saca la ceniza que sirve para pelar el mote, lo cual le da un sabor único, agregó.

Fuente: El Mercurio | El Productor.com

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí