Carlos Araujo, Marcos Araujo y Manuel Moreta decidieron emprender su propia empresa de tecnología y su primer proyecto se llama ‘Anti–Helada’.Este es un sistema que evita los daños causados por las heladas en los cultivos usando tecnología que permite mantener la calidad de los productos y maximizar la producción de una forma más eficiente. La Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) destacó el emprendimiento de los tres jóvenes que aspiran a terminar con unas de las preocupaciones de los agricultores nacionales.

“El Ecuador es un país que gracias a su situación geográfica privilegiada y su clima, cuenta con una alta actividad agrícola, lo cual es una forma de vida, identidad cultural, y un pacto ancestral con la naturaleza de diversas comunidades, además de ser un gran impulso al desarrollo de la economía del país. Sin embargo, al momento de enfrentar adversidades son pocas las precauciones y soluciones existentes”, explicó el portal de la entidad.

Marcos, quien es Ingeniero Agropecuario, planteó la idea de crear un sistema de alarma para advertir al agricultor el momento en que descienda la temperatura en los campos de cultivo. Esto le permitiría anticiparse a posibles daños y pérdida de productos. Esta idea la transmitió a Carlos, un Ingeniero Electrónico con quien se alió. Así tomó forma el sistema detector de heladas.

Posteriormente contactaron a Manuel, un Ingeniero en Sistemas. “Queremos transformar la agricultura con tecnología”, enfatizó el joven experto en manejo de software. “Lo que hacemos es alertar las heladas, fenómeno que representa grandes pérdidas económicas para los agricultores, quienes en muchas ocasiones no cuentan con un seguro que proteja sus siembras. Hay muchas necesidades y pocas soluciones para los agricultores. Es por esto que planteamos una solución que les permita evitar las pérdidas”, expresó Carlos.

Este sistema consta de dos partes. El primero es un transmisor que se coloca en medio del cultivo para medir variables climáticas como temperatura, humedad o punto de rocío, lo que permite calcular si puede caer una helada. El segundo momento es el envío de la información hacia el módulo que debe estar ubicado en la casa del agricultor. “Generalmente el agricultor vive lejos de los cultivos, por lo que no puede estar presente constantemente, pero una vez que el recibe la información puede tomar decisiones y actuar”, aseguró Carlos.

Actualmente el proyecto cuenta con un prototipo final y se están realizando evaluaciones en algunas comunidades de Chimborazo y Tungurahua. Tienen planificado sacar el producto a la venta a finales de este año.

 

 

Fuente: El Ciudadano | ElProductor.com

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