En los dos primeros meses del año las importaciones argentinas de carne de cerdo totalizaron las 6.977 toneladas, volumen representa un incremento interanual del orden del 135% y que, en valores absolutos son más de 4.000 toneladas de diferencia (contra 2.971 toneladas).

Esta suba se puede explicar, además de la apertura de importaciones, por el crecimiento del consumo de este tipo de carne, en los últimos años.

Los datos, difundidos por la Asociación Argentina de Productores Porcinos (AAPP), agregan que el valor promedio de las toneladas importadas fue de alrededor de 2.800 pesos, por lo que en los dos meses se compró mercadería por cerca de 20 millones de pesos.

En febrero, los productos que elevaron las cantidades importadas fueron por ejemplo el jamón en trozos, la panceta y el tocino, a pesar de que fue en enero cuando se concretó la mayor entrada de productos, con 4.295 toneladas (y cerca de 2.600 en febrero).

“Esta cifra de importaciones se acerca a la expectativa de exportación del sector para todo 2017, por lo que la balanza comercial este año va a seguir siendo negativa y las perspectivas no son buenas”, afirmó Juan Uccelli, presidente de la Aapp, en declaraciones publicadas por el diario El Río Negro.

Agregó: “La procedencia es mayoritariamente de Brasil y también de Dinamarca, que por el boicot de Rusia a la Unión Europea tiene un exceso de producción y en seis meses debe liquidar el stock a precio de oportunidad para sacársela de encima. Y un lugar para venderlo es Argentina”, destacó.

Si bien el número de crecimiento de importaciones parece exagerado, en cuanto al porcentaje, vale aclarar que los cortes provenientes del exterior apenas representaron el año pasado, algo más del 3% en el total del consumo local. Sin embargo, lo que preocupa a los empresarios del sector es el crecimiento de la dinámica importadora.

En base a datos provistos por la Bolsa de Cereales de Córdoba (Bccba), tanto la producción como el consumo de carne porcina tocaron su techo en 2016. Así, la producción de carne de cerdo superó por primera vez las 500.000 toneladas en el país, lo que implicó un crecimiento del 6% frente a 2015. Esto se traduce en un consumo promedio de 12,5 kilogramos al año por persona, lo que confirmó la tendencia de incremento ininterrumpido en el consumo de este tipo de carne en los últimos 15 años.

La preocupación, además de los crecientes números de importación de cortes, pasa también por una pérdida de rentabilidad, fruto del aumento de costos. En algún sentido, eso se vio compensado con una suba de precios, producto de la inflación, que para la carne porcina rondó el 25% durante el año pasado, por debajo de las alzas que evidenciaron otras carnes como el pollo (50%) o la carne vacuna (40%), según datos aportados por la consultora IES.

 

 

Fuente: Fresh Plaza | ElProductor.com

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