La propuesta estatal promoverá la realización de estudios sobre el 95% de la riqueza natural del país que se desconoce. La Senescyt anunció que habrá una base en la Universidad Ikiam. Desde hoy, Ecuador cuenta con la primera Agenda Nacional de Investigación sobre la Biodiversidad. El documento fue elaborado por el  Ministerio del Ambiente (MAE), la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) y el Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio). Datos del MAE ubican al país entre las 17 naciones megadiversas que albergan el 70% de la biodiversidad del planeta. “Solo en la cuenca del río Napo hay más especies de peces que en Norteamérica, incluido México”, indicó Tarsicio Granizo, titular de Ambiente. Sin embargo, según el funcionario, esa amplia diversidad biológica no es usada para mejorar la calidad de vida de los ecuatorianos, pues se conoce menos del 5%. Ese porcentaje corresponde a las especies más grandes y vistosas como los mamíferos. El área microscópica (invertebrados) es desconocida, mientras que en el ecosistema marítimo apenas se describió el 2% de las especies.  “Imaginen todo el potencial que tenemos en esa maravillosa biodiversidad. Serviría para salir del extractivismo. La posibilidad de nuevos productos alimenticios y medicinales está ahí. A la espera de ser descubierta”. Por ello, la agenda plantea, en el primer bloque, incentivar la investigación del 95% de la diversidad nacional que no se conoce. La segunda fase identificará las presiones que sufren los ecosistemas (deforestación, sobreexplotación, tráfico de especies, entre otros). En el último bloque se abordará cómo usar esa biodiversidad para insertarla en la matriz productiva del país y fomentar el desarrollo del bioconocimiento. El rol de las universidades Para Augusto Barrera, titular de la Senescyt, no es posible preservar algo que no se conoce. Por ello, en los próximos días se presentarán las áreas de conocimiento y los ejes y modelos de investigación en el campo de la biodiversidad.

Las universidades jugarán un rol importante pues su personal (docentes y estudiantes) serán los actores principales. Según Barrera, los centros de educación superior deben destinar el 6% de su presupuesto al desarrollo de investigación. Hugo Pérez, representante de las universidades, indicó que en los últimos años el concepto de bioeconomía   adquiere vital importancia a nivel global como respuesta a las crecientes demandas poblacionales, la menor disponibilidad de recursos fósiles y las consecuencias del cambio climático. Ecuador posee características que ofrecen múltiples oportunidades para el desarrollo de esa economía, pues posee variedad de bosques, recursos marinos y costeros, que ofrecen una fuente de sistemas de producción. Una de las metas del MAE para los próximos años es el 20% del Producto Interno Bruto (PIB) industrial provenga de elementos de la biodiversidad, agregó Granizo. “La basura puede ser un gran negocio. Cerca de 15 millones de toneladas de biomasa industrial se desperdician en este país”, señaló el funcionario. En la actualidad, de una muestra de 1.000 investigaciones que revisó la Senescyt, el 20% corresponde a temas de biodiversidad.

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