Considerado por los productores como uno de los frutos secos más comunes, el maní se abre campo en la provincia de Los Ríos por ser de poco de tiempo de cosecha y con grandes propiedades.
Esta planta (leguminosa) se puede sembrar una vez al año, y la época escogida para ello es el invierno, con la finalidad que las primeras lluvias rieguen el terreno sin perjudicar la producción.
El maní tiene tallos muy finos de donde salen grandes ramas con extensas hojas, por lo cual al momento de la siembra los agricultores prefieren sembrarla con una distancia de
40×40 centímetros.

Terreno
La cosecha del maní hace parte de los cultivos de ciclo corto, lo cual, permite ahorrar tiempo.
Los frutos de esta planta crecen bajo la tierra y están envueltos por una cáscara gruesa de color café claro, con pequeñas ‘paredes’ que permiten que las semillas de su interior no se unan y se desarrollen mejor.
El ingeniero agrónomo Xavier Guevara, de la Unidad de Estudios a Distancia, de la Universidad Técnica Estatal de Quevedo (UTEQ), explica que la tierra para la siembra debe ser blanda.
“Primero se hace un arado al suelo para que la semilla germine bien y crezca un buen árbol asegurando la producción”, afirma Guevara.
Entre los estudios que están realizando en la UTEQ es la aplicación de un fungicida orgánico. Para eso están utilizando ‘dientes’ de ajo y ají en pepa.
Para conseguir un buen efecto en el proceso se machaca el ajo y el ají y luego se lo fermenta en un litro de agua por dos días para posterior aplicarlo a las plantas con una bomba CP3 (Chorro grueso).
Eso ayudará a matar las plagas de la planta sin que se pierda el nitrógeno, fósforo y potasio que posee la planta. Para conseguir mejores efectos se repite esta dosis cada 12 o 15 días.

 

 

Fuente: La Hora | ElProductor.com

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