La Corporación Andina de Fomento (CAF) advirtió este lunes sobre la necesidad de desarrollar el potencial hidroeléctrico en América Latina como una opción para permitir la reducción de la pobreza y promover el crecimiento económico en el actual momento de desaceleración que afronta la región.

“Los países de la región deberán comprometerse a invertir más en la seguridad hídrica en los próximos años, algo que también ayudaría a dinamizar las economías regionales para que superen el clima de desaceleración actual”, señala un artículo difundido por la CAF en la víspera de la celebración del Día Mundial del Agua.

De acuerdo con el documento, se calcula que una gestión poco eficiente de los servicios de agua y saneamiento puede causar pérdidas de hasta un 1% del Producto Interno Bruto en algunos países de América Latina.

Desarrollar el potencial hidroeléctrico es uno de los principales desafíos que tiene la región para “lograr que la buena gestión del  agua se convierta en un aliado del crecimiento económico”, señala el documento que revela que la región posee el 20% de la capacidad hidroeléctrica mundial, aunque solo ha desarrollado una cuarta parte y lo utilizado representa casi la mitad de la generación total de electricidad.

“La hidroelectricidad, al ser una las fuentes de generación eléctrica más económicas, puede incrementar la producción energética de la región si los países realizan mayores esfuerzos de planificación e implementación de proyectos para contar con una mejor infraestructura que permita desarrollar ese potencial”,  agrega la CAF en su artículo.

Además, según el director de análisis y estrategia de energía del organismo, Mauricio Garrón, Latinoamérica es uno de los mercados más prometedores a nivel global, ya que hasta el momento solo ha desarrollado el 23% de su potencial hidroeléctrico.

Según la Agencia Internacional de la Energía (IEA) para el año 2035 la energía hidroeléctrica incorporará cerca de 277 GW de capacidad hidroeléctrica instalada (lo que supondrá más potencia eléctrica), requiriendo inversiones del orden de 258 mil millones de dólares.

Esto representa una gran oportunidad para los inversionistas privados, que cada vez están ganando más peso en el reparto de inversiones en energías alternativas, y que se han convertido en un financista indispensable del mercado eléctrico latinoamericano, señala la CAF.

Ecuador, en la ruta del aprovechamiento hidroeléctrico

Ecuador es uno de los países de la región que le ha apostado a la generación hidroeléctrica.  El gobierno emprendió, en los últimos nueve años,  la construcción de ocho proyectos hidroeléctricos a nivel nacional: Coca Codo Sinclair, Sopladora, Manduriacu, Delsintanisagua, Minas-San Francisco, Mazar-Dudas, Quijos y Toachi-Pilatón que permitirán mejorar la matriz energética aprovechando los recursos hídricos y que beneficiarán a más de 15 millones de ecuatorianos.

De las ocho hidroeléctricas, una ya se encuentra en funcionamiento y dos de las más grandes ya están en la fase de pruebas. La central de Manduriacu, ubicada en la comunidad Cielo Verde, en el cantón Cotacachi, provincia de Imbabura, en el norte de Ecuador, aporta con 65 megavatios al sistema nacional interconectado y sirve para abastecer el consumo de más de 250.000 familias. Además, evitará la emisión de 180.000 toneladas de CO2 por año. El proyecto más importante, el Coca Codo Sinclair, en el que se invirtió 2.245 millones de dólares, está “casi terminado”, de acuerdo al ministro coordinador de Sectores Estratégicos, Rafael Poveda, y al momento se encuentra en fase de pruebas. La inauguración está prevista para el próximo mes y permitirá generar 1.500 megavatios de energía, con lo que se abastece al 30% de la demanda nacional.

La hidroeléctrica Sopladora, que se ejecuta en la provincia del Azuay (Austro), registra un avance de 77% y una vez finalizada aportará al Sistema Nacional Interconectado una energía media anual de 2.800 Gigavatios y 487 megavatios.

Según cifras de la Vicepresidencia de la República, en el actual régimen se ha invertido más de 4.750 millones de dólares en la construcción de los proyectos hidroeléctricos, que una vez que entren en funcionamiento le ahorrarán al país cerca de 750 millones de dólares por la disminución del consumo de combustible en 2016 y 1.200 millones en el año 2017 pues dejará de importarlo.

Para 2016, se prevé la construcción de una nueva central hidroeléctrica con inversión extranjera. Se trata del proyecto Cardenillo, en la zona austral del país que formará parte del sistema Paute.

Como parte del cambio en la matriz energética, el Ecuador está en posibilidades de exportar electricidad a los países vecinos como Colombia y Perú y en unos años crear una especie de “corredor energético andino” para transmitir energía a toda la región.

En la actualidad existe una línea de transmisión que permitiría exportar hasta 500 megavatios a Colombia y 100 MW a Perú.

“América Latina ha dado pasos acertados para aprovechar el potencial que nos brinda la energía hidroeléctrica. Pero no debemos cesar en el esfuerzo conjunto y coordinado para seguir creando un escenario que ayude a tener un planeta más limpio y un suministro de energía estable y sostenible”, señala la CAF.

 

 

 

Fuente: Andes | ElProductor.com

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