Cuando Luis Pacherrez Antón se unió a la Central Piurana de Asociaciones de Pequeños Productores de Banano, CEPIBO, él trabajaba en los almacenes de la organización en el norte del Perú.

Cinco años después, Pacherrez, hijo de un pequeño agricultor bananero, se convertiría en el gerente general de esta organización que agrupa a 12 asociaciones de productores bananeros y trabaja con más de 800 pequeños productores, quienes promedian entre 0,5 y 1 hectárea.

A través de un sistema dirigido por sus miembros, basado en el modelo cooperativo, CEPIBO busca empoderar y capacitar a los campesinos, tal como lo hizo con Pacherrez y su familia.

Pacherrez comentó que “lo más importante es que CEPIBO ha construido una confianza importante con los productores. Ellos se identifican con CEPIBO y viceversa. Además, el trabajo con los productores es para el beneficio de toda la comunidad».

12 asociaciones involucradas en producción orgánica y comercio justo, están bajo el paraguas de CEPIBO. Ahí, los productores encuentran un lugar para compartir opiniones y explorar nuevas oportunidades de mercados.

Mientras CEPIBO trabaja a través de un corredor para suministrar a grandes exportadores como Chiquita, la organización también se considera como un competidor directo de los distribuidores de banana tradicionales.

Pacherrez dice que este tipo de modelo asociativo es lo que marca la diferencia para los productores.

“Los productores sienten que son parte del negocio… Ellos forman parte de las decisiones que tomamos dentro de CEPIBO. Eso hace al lado social más atractivo para los productores. Cada uno tiene su representante dentro de CEPIBO».

Los miembros también tienen un voto en la asamblea general de CEPIBO, donde se definen los términos del contrato. Para los productores que dependen de las bananas como su principal sustento, tener una voz en las negociaciones del contrato, puede marcar una gran diferencia.

“Acá sólo hay bananas. No existe otro negocio”, dice Pacherrez.

Con las ganancias realizadas a través del modelo de CEPIBO, Pacharrez comenta que más productores han podido acceder a la salud y también a enviar a sus hijos a escuelas en la ciudad.

El modelo también proporciona el acceso a un tipo diferente de distribución, como Equal Exchange, una compañía con base en Estados Unidos que compra la fruta a organizaciones cooperativas productoras.

Pacherrez describe la alianza estratégica que tiene CEPIBO con Equal Exchange, como uno de los mejores clientes que el grupo tiene en Estados Unidos.

La coordinadora de bananas de Equal Exchange, Jessica Jones-Hughes, dice que es muy interesante el impulso que desde hace 8 años le ha dado Perú a la producción orgánica. El clima seco, ideal para este tipo de producción y la política de tierras es auspiciosa para desarrollar el sistema cooperativo.

AAunque Perú produce menos bananas que sus países vecinos como Ecuador y Brasil (cada uno con un promedio de más de 7 millones de toneladas métricas al año), la producción peruana ha ido en un crecimiento constante.

Según cifras de la FAO, Perú produjo poco más de 239.000 toneladas métricas de banana en 2003, más de un 300% que la producción del año 2000.

«Hay una gran cantidad de pequeños productores que viven cerca y que permite que se desarrolle un modelo de plantación de bananas donde se pueden generar plantas de envasado en lugares centralizados, siendo todo de propiedad de los mismos pequeños productores», comenta Jones-Hughes a www.portalfruticola.com

Jones-Hughes alabó el modelo cooperativo por su capacidad para poner el poder en manos de los productores y por los beneficios que trae a la comunidad, como mayor empleo e independencia económica.

Asimismo, Jones-Hughes destaca la importancia del trabajo humano detrás de la industria bananera y comenta que los consumidores estadounidenses cada día valoran más saber el origen de los alimentos y que se pague un precio justo por ellos.

 

 

 

 

Fuente: Portal Fruticola | ElProductor.com

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