Costa Rica es un país pequeño en comparación con otros países productores de frutas tropicales de Centroamérica, pero sus extraordinarios suelos hacen que sus frutas sean de excelente calidad. Un ejemplo de ello es la papaya Pococí, una variedad costarricense que se exporta principalmente a Canadá. “Es una variedad que se cultiva solamente en Costa Rica, porque las semillas son producidas por un proyecto estatal entre la Universidad de Costa Rica y el Ministerio de Agricultura”. La variedad recibe su nombre de la región de Pococí, en el Caribe costarricense, donde los investigadores realizaron las pruebas para la producción de esta semilla. “Es una variedad especial porque es dulce y muy firme. Se cultiva todo el año. Los clientes de Canadá opinan que es la mejor papaya”, afirma Anabelle Solano, propietaria de EICSA, quien exporta la papaya Pococí al mercado canadiense desde 2007.

Solano explica las razones de haber dado prioridad a dicho mercado: “Canadá es un mercado muy grande que consume muchísima papaya. Son muy amigos de las frutas. Consumen la misma cantidad de frutas que todo Estados Unidos”. Además, añade la exportadora, Canadá tiene numerosas comunidades latinoamericanas y asiáticas, que son grandes consumidores de papaya. Para ellos, la papaya no es un producto exótico, sino un producto con el que están muy familiarizados. Es un buen mercado, aun si Costa Rica tiene competencia durante algunas semanas, como en abril o en agosto/septiembre con abundancia de papaya sobre todo de México.

Otra razón importante es el tiempo en tránsito por vía marítima desde Costa Rica: 8-9 días a Canadá y 14 días a Europa. “La papaya es un producto sensible a las condiciones meteorológicas y no es fácil de producir”.  “Antaño no teníamos muchos productos fitosanitarios registrados en el Servicio Fitosanitario del Estado para producir papayas, y la certificación GlobalGAP había sido una limitante para entrar a Europa”. Hoy en día, la situación es diferente y ya es posible trabajar bajo las certificaciones GlobalGAP y Global Food Safe, aunque, por supuesto, estamos bajo la certificación de Buenas Prácticas Agrícolas del Ministerio de Agricultura de Costa Rica”.

Cuando EICSA obtuvo, al fin, la certificación GlobalGAP en el 2014, se presentó el fenómeno de El Niño y hubo gran cantidad de lluvias e inundaciones en la región Caribe del país, por lo que la producción fue limitada y con grandes pérdidas. “Ahora, estamos volviendo a renovar nuestro GlobalGAP, en su nueva norma, la versión 5”.

EICSA ofrece un precio fijo todo el año. “Siempre buscamos una producción sostenible y así lo presentamos a los clientes; el tener el mismo precio todo el año resulta más seguro para los productores y nos garantiza un ingreso justo y adecuado”. Recuerda que muchos pequeños productores de piña tuvieron que abandonar la producción por la falta de estabilidad, ya que los precios subían y bajaban constantemente.

“Mi compañía posee 11 hectáreas, pero trabajamos de la mano con otros pequeños productores. Juntos, reunimos actualmente unas 60 hectáreas”, calcula Solano, “más 120 hectáreas para el 2017”.

EICSA participa, además, en la investigación de nuevas variedades, como la que ha bautizado como CandyPapaya, porque es pequeña (500-700 gramos) y dulce. Ya empezó la cosecha en producción ecológica certificada y la producción convencional comenzará dentro de 2-3 semanas. Solano opina con optimismo que “tiene un gran potencial”. “Nuestra visión es siempre buscar innovación, productos nuevos y diferentes. Tratamos de cultivar frutas que no tengan los países grandes, y buscar especialidades de nicho”.

“La producción agrícola en Costa Rica tiene costos más altos que en otros países, por lo que nuestros productos deben ser diferenciados”, concluye. “Pero estamos orgullosos de nuestras garantías sociales, y ahora, debemos sembrar protegiendo el medioambiente y buscar que nuestra huella de carbono se reduzca a cero».

 

 

 

Fuente: Fresh Plaza | ElProductor.com

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