Fue hace un mes. Descansaba de una caminata en el interior del Bosque Cerro Blanco, cuando se paró frente a ella. Era el venado de cola blanca que la miró fijamente. Ella disparó su cámara y lo captó en una postal.

Así recuerda Ivette Solís, estudiante de biología, una de las aventuras vividas en el bosque ubicado en el kilómetro 16 de la vía a la costa, y que es parte de los registros que tiene el Ministerio de Ambiente (MAE) sobre los bosques protectores de Guayaquil: diez en total.

En estas hay especies de flora: almendro, canelo, guasmo, fernán sánchez, guayacán, cabo de hacha, bototilo, samán, pechiche.

Precisamente con algunas de esas especies, las maderables, se trabaja en un vivero que tiene Cerro Blanco con la finalidad de colaborar en la reforestación del paisaje nativo, indica su administrador Jhony Ayón.

Los bosques protectores ocupan una superficie de 22.104,1343 ha, dice el MAE; lo que significa el 4,92 % de la superficie total de este cantón (oficialmente su superficie es de 344.5 km2). “No obstante, el porcentaje de áreas verdes de la ciudad asciende al 5,11 %, incluyendo el Área Nacional de Recreación Los Samanes”, dice un informe de Ambiente.

Estos espacios son utilizados para hacer actividades recreativas, turísticas y de descanso. Pero son más que eso. Favorecen el suelo, el clima y es el hábitat de varias especies de fauna silvestre: zarigüeya, conejo, ardilla de Guayaquil, murciélago frutero, osito lavador cangrejero o tejón y el venado de cola blanca, y aves.

Estas últimas se pueden observar en el estero Salado, que también se incluye en el listado del MAE. En este, por ejemplo, el trabajo de recuperación ha tenido grandes logros, como evitar que se tale el manglar, ayudando al mantenimiento del ecosistema.

Es el criterio de Xavier Salgado, de la organización Medioambiente Sustentable, sin embargo -considera- hacen falta más campañas educativas para concienciar a la población la importancia de estos espacios y la necesidad de dejar de contaminar. Además de una adecuada vigilancia, dice.

Ambiente indica que con los bosques y la implementación de otras áreas (851 ha del parque Samanes; 2.215 ha en la isla Santay) se ha posibilitado que Guayaquil cuente con 10 metros de áreas verdes por habitante, superando la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de al menos 9,2 m2. “Hace nueve años la ciudad tenía apenas 0,5 metros de áreas verdes por habitante”, indica el MAE.

El Municipio porteño, en 2013, había dicho que su medición era de 8 m2 por habitante; y que a 2015 había alcanzado los 9.

 

Fuente: Expreso | ElProductor.com

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