Enterrando sus dedos en la tierra y agarrándola con fuerza, sin perder de vista al pequeño árbol de laurel que estaba junto a él, Thiago, un pequeño de 4 años, era el más atento del grupo, durante la siembra.

Su habilidad moviendo la pala mientras hacía el hoyo para colocar la especie vegetal era innegable, y es que, a pesar de su corta edad, esta no era su primera experiencia sembrando, según su mamá, Bianca Dáger, que no dejaba de fotografiarlo. “Esta siempre será una gran experiencia para él, no solo por el contacto con la naturaleza, sino porque cada vez que vea un árbol recordará que participó de una siembra y ayudó a plantar un granito de vida”, dice Bianca.

Thiago fue uno de los protagonistas de Sembrando por los niños del Ecuador, una iniciativa de la fundación La Iguana, junto con el movimiento social Yo Siembro y la diseñadora Andrea Giler, cuyo objetivo es recaudar fondos para cubrir los gastos de traslado de especies nativas a Manabí y Esmeraldas y replicar la actividad con los niños damnificados por el terremoto.

En la siembra de más de cien especies de fernán sánchez y laurel, que tuvo lugar en el malecón del recinto Buijo Histórico, participaron unas 200 personas, en su mayoría niños de entre 3 y 12 años, quienes luciendo una camiseta amarilla con un gran árbol de colores, hecho con formas diversas, como si se tratara de un dibujo a base de recortes, un diseño creado por Andrea Giler, se organizaron en equipos de siete para sembrar.

Es así como luego de cantar algunas canciones sobre la naturaleza, los animales, el color verde y las frutas, cada grupo se dirigió a su árbol para comenzar a plantarlo, cada uno estuvo a cargo de una actividad específica. Unos rasgaban la tierra, otros rompían la funda donde estaba el pequeño árbol, otros acomodaban la tierra nueva, mientras que los encargados en colocar el abono, soltaban las pepitas blancas sobre la tierra removida, para que al final todos pisotearan la tierra alrededor de la espacie plantada, para luego regarla con pequeñas regaderas de agua.

Todos parecían divertirse utilizando las herramientas de siembra, jugando con la tierra y con el agua, sin miedo a ensuciarse.

Además, a través de donaciones y actividades de autogestión, dotarán de un comedor comunal con cocina industrial, así como un centro integral con guardería, área de estimulación temprana y para realización de tareas. El proyecto está previsto iniciarse en julio.

El otro movimiento fue Un solo Ecuador, conformado por 15 personas. Este comenzó como centro de acopio, actividad que aún realiza en algunos puntos del sector como el centro comercial Plaza Lagos, y que ahora tiene a su cargo a 100 niños de la Escuela de Algarrobo, en Canoa, a quienes entregará, desde la próxima semana, la lista completa de útiles para todo el año escolar.

“La idea de repetir esta actividad en las zonas afectadas es reanimar el espíritu de los damnificados de una manera simbólica, interpretando al árbol como aquellas ganas de comenzar nuevamente”, expresó Andrea Fiallos, presidente de Fundación La Iguana, quien aseguró que este mismo evento se repetirá en Quito y Cuenca para seguir recaudando fondos. (I)

Dato
Junto a las raíces los niños colocaron deseos escritos en papeles de caña de azúcar.

El objetivo de este evento es inculcar en los más pequeños esas ganas de amar, conocer y cuidar al planeta, a través de la interacción con la naturaleza”.
Andrea Fiallos,
Directora de Fundación La Iguana

Fuente: El Universo | ElProductor.com

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