Era un restaurante y una tienda de las que hoy solo quedan sus letreros descoloridos. Los locales donde funcionaban –en una cuadra de la avenida Guillermo Pareja en la ciudadela Alborada en el norte de Guayaquil– tienen el letrero de ‘Se alquila’. Uno de los que atiende un negocio donde arreglan celulares, en la misma calle, dice que ambos establecimientos cerraron hace tres meses: “De la tienda no sé, pero el mesero que atendía en el restaurante me dijo que trabajaban a pérdida”.

La opción de cerrar también cruza la mente de este hombre de 32 años que se identifica como Luis, ante el derrumbe de sus ventas desde el año pasado. No sabe bien a partir de qué mes. “Desde abril más o menos”, afirma mientras ve el cajón de madera en el que guarda el suelto para los cambios.

Una década de elevación de precios

La Cámara de Comercio de Quito calcula –basado en datos de la Superintendencia de Compañías– que 6.532 empresas han entrado en proceso de cierre de enero a junio de este año. En 2015 fueron 1.528. Esto se da en un país en el que, según los reportes de este año del Índice de Precios al Consumidor, los costos subieron un 49% durante la última década.

Aunque la opinión de los ciudadanos a la hora de hacer compras es de que aumentaron el doble. Hace diez años, un supermercado promocionaba en la prensa productos como 2 kg de arroz o una lata de atún de 175 g, cuyos costos pasaron de $ 1,25 y $ 0,63 a $ 2,67 y $ 1,30, respectivamente. Por ejemplo, en ese tiempo el valor de una casa de tres dormitorios al interior de una urbanización costaba unos $ 70.000 y hoy vale desde $ 150.000.

Roberto Salazar, principal de la firma de análisis económico Hexagon Group, afirma que la informalidad provoca que los datos macroeconómicos no reflejen toda la economía. “Es información que debe analizarse de manera relativa”, asegura.

Este analista dice que la economía atraviesa un proceso de “sinceramiento”, en el que algunos de los precios hoy altos deben ajustarse a la demanda real, la que se expandió por factores externos como los altos precios del petróleo y de las materias primas en un país de baja productividad: “Los empresarios quieren tratar de mantener los precios anteriores, pero la gente ya no tiene el mismo poder adquisitivo”, dice.

Es un escenario que se evidencia en locales del centro comercial Garzocentro 2000, como el negocio de Leila, quien tiene una mueblería: “Hemos tenido que bajar obligatoriamente los precios”, asegura.

Pese a las bajas ventas hay quienes incluso suben los precios como un local de venta de lencería del sector de la Bahía, en el centro de la ciudad. Allí la dependiente Wendy Viejó, de 37 años, afirma que los precios aumentaron desde junio pasado cuando la docena de calzones más económica se vendía en $ 11 y hoy vale $ 13.

Los clientes que llevan para revender en cantones y provincias compran menos y le han dicho que suben los precios para ganar por prenda, dice Viejó. Esta comerciante palpó la subida de precios en mayo cuando compró zapatos para la escuela de sus hijos en $ 25: “El año pasado valían $ 19”.

Salazar afirma que la informalidad en la que funcionan los negocios es otro factor que resta la posibilidad de ofrecer precios más competitivos. “Si (los dueños de los negocios) no tienen un registro de crédito, no tienen manera de presentar balances, no van a recibir créditos, Esto incide en no colocar precios más competitivos al no mejorar la capacidad productiva”.

Un caso es el de Edward Barzola, de 35 años, quien para alimentar a su esposa y el hijo de ambos de 4 años y mantener el hogar destina $ 80 semanales, incluyendo productos de limpieza y de uso personal. Pero hasta hace dos años dejaba unos $ 50 de sus ingresos para ese tipo de gastos. “Gasto más ganando menos (como comerciante ambulante)”, asegura.

Competitividad

Patricio Alarcón, presidente de la Cámara de Comercio de Quito, afirma que el Gobierno y los entes gremiales deben promover y educar a los comerciantes pequeños para que puedan emprender y sostener sus negocios con precios más competitivos. El ser formal en Ecuador también implica pagar un salario mínimo que subió un 121% en la última década al pasar de $ 160 a $ 366.

El sector turismo (hoteles y restaurantes) y el comercial están entre los más afectados por la reducción de las ventas, según las últimas cuentas trimestrales del Banco Central del Ecuador. El sector comercial dejó de aportar $ 3.500 millones al Producto Interno Bruto nacional durante el primer trimestre de este año.

 

 

Fuente: El Universo | ElProductor.com

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