El Ministerio de Agricultura informó sobre los resultados de una investigación que requirió 3 años de trabajo de campo. Redacción Economía En Ecuador, luego de 36 meses de investigación que incluyó muestreos de campo, se descubrieron 2 insectos que sirven como controladores naturales de las plagas que afectan a los cítricos. Se trata del Diaphorencyrtus Aligarhensis (Hymenoptera: Encyrtidae) que es un parasitoide específico, que controla la plaga Diaphorina citri o psílido de los cítricos, y del Tamarixia Merced (Hymenoptera Eulophidae), que es un agente de control biológico para diversas plagas de psílidos y triozidos.
El psílido de los cítricos, Diaphorina citri, es un insecto nativo del sudeste asiático, que está presente en la India, Arabia Saudita, Islas Mauricio y Reunión, Florida, Texas, Venezuela, Brasil, Uruguay, Argentina, Colombia, México, Ecuador y en algunas regiones del Caribe y América Central.
Debido a su distribución y características biológicas es el más importante vector del HLB o Greening, principal enfermedad de los cítricos a escala mundial, y que puede causar deformaciones en las plantas y coloraciones variadas en los frutos. La enfermedad reduce la producción y toda planta infestada debe ser eliminada para evitar la diseminación del mal.
Según Mariuxi Gómez, miembro de la Red de Expertos en Protección Vegetal y asesora científica del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap), la presencia de Diaphorina citri fue detectada en el Ecuador desde 2014, pero no se habían reportado enemigos naturales que equilibrasen las poblaciones de este insecto.
Gómez indicó que en noviembre del año pasado, un grupo de investigadores nacionales y extranjeros constató, en diferentes puntos del Guayas, la presencia natural de los parasitoides Diaphorencyrtus Aligarhensis (Hymenoptera: Encyrtidae) y Tamarixia Merced (Hymenoptera: Eulophidae).
“Es importante resaltar que el Diaphorencyrtus Aligarhensis es utilizado en diferentes regiones del mundo, como uno de los principales agentes para el control biológico clásico del psílido de los cítricos”.
El grupo de investigadores que realizaron este trabajo científico estuvo conformado por técnicos del Magap, así como por Nivia Da Silva Dias-Pini, experta de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa); de Valmir Antônio Costa, del Laboratorio de Control Biológico, del Centro Experimental del Instituto Biológico en Campinas; y por John S. Noyes, del Natural History Museum of London.
Este equipo estuvo coordinado por Mariuxi Gómez Torres, especialista en Entomología Agrícola y asesora científica del Magap, quien ha realizado trabajos similares en Brasil y Argentina.
El control biológico de plagas evita el uso de químicos
Esta sinergia científica-técnica se produjo mediante la Red de Expertos en Protección Vegetal, una iniciativa apoyada por el Magap, en la que convergen investigadores que trabajan por la defensa fitosanitaria, la conservación y el uso sostenible de la agrobiodiversidad, así como la seguridad alimentaria del país.
En la red participan profesionales que trabajan en temas biológicos, de los cuales alrededor de 40 son ecuatorianos.
Javier Ponce, titular del Magap, indicó: “Precisamente se trata de compartir informaciones científicas y técnicas para el manejo integrado de las plagas agrícolas. Hay que tener en cuenta que buscamos permanentemente incorporar factores orgánicos para los procesos agropecuarios”.
Ponce precisó que estos insectos benéficos, que permiten realizar el control biológico de diversas plagas, ya fueron registrados, y consideró que el hallazgo de estos parasitoides es un paso fundamental para potencializar al control biológico, como una táctica para el control de plagas agrícolas en el país.
Gómez destacó que el descubrimiento de insectos, que actúan como controladores naturales de otras plagas permitirá tener una agricultura más limpia y sustentable, debido a que se evitará el uso indiscriminado de agroquímicos.
Con esta investigación —precisó Ponce— se beneficia también a quienes quieren exportar. “Los nichos de mercado de la producción orgánica son muy exigentes, pero que al mismo tiempo tienen mejores condiciones y debemos apuntar a ese mercado”.
Para Isaac Ubillús, ingeniero agrónomo y especialista agroforestal, los controladores biológicos —como los insectos registrados— contribuyen a evitar el uso excesivo de agroquímicos, que a su vez pueden afectar la salud de las personas, además de controlar a plagas que por un uso inadecuado de químicos se vuelven resistentes.
Vicente Villafuerte, propietario del banco de germoplasma del vivero turístico El Paraíso, sector Yamate, cantón Patate, provincia de Tungurahua, manifestó que el control biológico es la revisión permanente de la base prima de la planta, desde el momento en que se siembra la semilla, para que no se contagie y pueda desarrollar un fruto sano y robusto.
Para Mariuxi Gómez, al ser Ecuador un país megadiverso ofrece un potencial enorme para encontrar recursos genéticos en la microfauna, que contribuirían a controlar —de manera natural— plagas o enfermedades que afectan a los cultivos. De esa manera, se puede configurar una agricultura en la cual se trabaje con metodologías modernas de protección de los recursos y que permitan un adecuado monitoreo, en las áreas donde se trabaja con productos para consumo local y exportación.
En Ecuador, hasta el momento, no existe un inventario de la diversidad a este nivel. Como consecuencia de esto, agregó Gómez, no se cuenta tampoco con una legislación específica para la protección, comercio e intercambio de esos materiales genéticos. Esta normativa es importante porque evitaría que otras naciones, personas o empresas distribuyan libre e indiscriminada el recurso genético.

Fuente: El Telégrafo | ElProductor.com

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