Al ingresar a uno de los invernaderos del Jardín Botánico, en el norte de Quito, la temperatura aumenta.
En cuestión de segundos, los visitantes se transportan a una zona cálida del país. La vegetación, una pequeña laguna y el piso de tierra son el escenario en el que 500 mariposas, de 12 especies, se posan o vuelan. Los insectos son parte de la exhibición ‘Mariposas de mil colores’. Esta muestra estará abierta hasta el domingo 3 de septiembre.
En la muestra destaca la diversidad, belleza, importancia, ciclo biológico y papel de estos insectos. Carolina Jijón, directora ejecutiva del Jardín Botánico, explica que Ecuador -en sí- es un mariposario. Esto porque de las 17.000 especies que existen en el mundo, 3.000 habitan en el territorio nacional. Una de las especies más llamativas de la muestra es la Caligo, más conocida como ‘0jos de búho’.
Esta mariposa es de las más grandes de América del Sur. Jijón detalla que puede llegar a medir 15 centímetros. Otra de una dimensión similar es la Morpho, la cual pertenece a la familia Nymphalidae. Pero ¿cómo fue que estos llamativos insectos llegaron al Jardín Botánico? Jijón indica que las mariposas fueron traídas de centros certificados de producción del noroccidente de la capital. Los lepidópteros llegaron a través de dos formas: la primera fue en sobres de papel cera, en los cuales la mariposa adulta llegó doblada para luego ser liberada; la segunda, por medio de crisálidas o pupas. La pupa es la tercera etapa de la metamorfosis.
El proceso inicia con un huevo que se convierte en una oruga, luego se transforma en una pupa, la cual se cuelga y de ella emerge el insecto adulto. Milagros Becerra y sus dos hijos miraron con atención la salida del último insecto. Para Becerra este tipo de exhibiciones llama la atención de los niños y hace que entiendan de forma dinámica lo que aprenden en clases.
Estado de conservación
Un estudio de la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (Ipbes) reveló, en febrero de este año, que el 40% de los insectos polinizadores invertebrados (abejas y las mariposas) están amenazados.

En cambio, el 16% de los polinizadores vertebrados están en peligro de extinción. Al menos tres cuartas partes de las cosechas mundiales dependen de polinizadores para el crecimiento de las plantas, los rendimientos y la calidad de los cultivos, indican expertos de la Ipbes (Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas). La mayoría de las frutas y verduras, los oleaginosos y ciertos cereales -que constituyen fuentes importantes de vitaminas y minerales- dependen de la polinización. (I)

Fuente: El Telégrafo | ElProductor.com

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