Es un momento clave para el planeta y para el Ecuador. A la par de la búsqueda de soluciones al cambio climático, los países del mundo tratan de mejorar el nivel de vida de sus habitantes, haciendo esfuerzos por reducir la pobreza y lograr un desarrollo sostenible de las ciudades. Con la celebración de la Conferencia Hábitat III en Quito, nuestro país tiene motivos para alegrarse, pues de lo que aquí se decida depende el presente y el futuro de la humanidad.

Arquitectos y urbanistas locales consideran que el foro, a celebrarse desde el 17 hasta el 20 de octubre próximo en la capital de la República, deja algunos beneficios al país sede.

Luis Cubillos, arquitecto guayaquileño y activista de organizaciones sociales, destaca primero que la ONU permitió a Ecuador organizar el evento por sus avances en materia de derecho a la ciudad y a un hábitat seguro, algo que la Constitución reconoce. Agrega que con este foro Ecuador tiene muchas posibilidades de incidir en lo que va a decir la nueva agenda urbana que este apruebe.

“Nos quedarán líneas de trabajo para garantizar el buen vivir de los hombres y mujeres en las ciudades y esas líneas de trabajo tienen 3 ejes fundamentales: el de la ciudad con rostro humano; el de una ciudad planificada -anteriormente sí se planificaba, pero en términos de los intereses del capital inmobiliario-; y la necesidad de establecer mecanismos de seguimiento para que estas políticas se apliquen”, precisa.

Hábitat III es convocado por las Naciones Unidas desde 1976, con el fin principal de fortalecer el compromiso político global en favor del desarrollo sostenible de pueblos, ciudades y otros asentamientos humanos.

Como anfitriones de esta cumbre, insiste Cubillos, Ecuador deberá preocuparse porque las decisiones que se tomen se apliquen en Quito, Guayaquil y el resto de nuestras urbes. “Ir hacia ciudades planificadas donde se atienda a todas las personas por igual, sin importar que vivan en una ciudadela o en un barrio popular, y que las ciudades sean cercanas a la gente, y que generen oportunidades para todos los ciudadanos”.

Filiberto Viteri también cree que el encuentro mundial “es una oportunidad única para Ecuador”. Este docente de la facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad Católica de Guayaquil y miembro del colectivo de arquitectos El Selectivo, precisa que otro de los beneficios para el país es la oportunidad que tiene de mostrar los proyectos y avances que se están dando aquí. “Considerando que se trata de un país en vía de desarrollo, eso podría catapultar más adelante a que hayan convenios, financiamiento, haya interés por lo que se está haciendo aquí”.

El Ecuador acaba de sufrir un devastador terremoto hace cuatro meses y el tema también podría ser ventilado en la cumbre. Luis Cubillos dice que el sismo evidenció la inobservancia de los derechos de la naturaleza y la falta de planificación urbana y aplicación de normas por parte de los municipios, por lo que Hábitat podría ayudar a cambiar la forma de actuar en estas áreas.

Viteri espera más bien que el Gobierno nacional o las entidades involucradas en la reconstrucción de las ciudades afectadas expongan los proyectos a ejecutarse al respecto, no solo en cuanto al diseño urbano, sino también cómo llevar la parte económica, la rentabilidad social de los planes y más. Es una oportunidad de ponernos en un estrato más visible a nivel mundial, subraya.

Carlos Jiménez Osorio, ingeniero industrial con una maestría en Planificación Urbana y Regional, considera que la cita en Quito es un momento histórico “para marcar hitos y lograr productos tangibles, estandarizables, con el fin de ordenar, planificar y cerrar brechas de desarrollo en países como el nuestro”.

“Es momento – agrega- de que se hable de que en Latinoamérica hay muy pocos programas de tercer nivel para diseñadores y planificadores urbanos. Son pocas las municipalidades, prefecturas o gobernaciones que tienen profesionales de la rama del urbanismo administrando ciudad”.

Los planificadores locales coinciden en una cosa: cualquiera que sea el resultado que deje el encuentro, no servirá de mucho si la sociedad civil en general no se apodera y ejecuta estos temas. “Difícilmente podremos tener una ciudad más justa”.

Fuente: Expreso | ElProductor.com

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