Lo primero es entender la diferencia entre firma y ratificación. La firma es el visto bueno del Consejo Europeo al acuerdo. Cassinelli dice que su meta es alcanzarla antes del 31 de diciembre. La ratificación es el ‘ok’ del Parlamento Europeo, sin cambios en el texto, que llega después de la firma. Es lo que podría retrasarse.

Si hay firma, pero no hay ratificación, ¿puede aplicarse el acuerdo?

No. Es por eso que el presidente indica que se está evaluando -en el evento de que no se llegue a tiempo a la ratificación y que se llegue recién en enero- el saber cómo se maneja ese periodo corto de tiempo.

¿Con la ayuda anunciada? ¿Cómo será ese subsidio? ¿De qué cuantía? ¿De dónde saldrán los recursos?

El presidente ha hecho un anuncio: “En el evento de no llegar por el tema de la ratificación, estamos revisando cuál es el impacto económico. Si es de uno o dos meses, puede ser de 100 millones. Tenemos que apoyar al sector exportador”. ¿Cómo? ¿Con qué mecanismo? ¿El drawback? Eso no lo tenemos. Pero yo tengo la responsabilidad de sacar la firma adelante este año y ojalá la ratificación.

Entonces no se sabe nada del plan B…

Yo ratifico el hecho de que todo el esfuerzo es para lograr la firma del acuerdo comercial este año. La ratificación es un hecho subsecuente, pero la firma es lo fundamental. No hay ratificación sin firma, no hay acuerdo sin firma. Por lo tanto, insisto, no tengo plan B para la firma del acuerdo.

Así lo quiero dejar hoy en día, porque todo lo demás comienza a ser especulativo. Si llegamos, si no llegamos. Yo tengo la responsabilidad de llegar este año y hacia allá estamos trabajando.

¿Entonces la firma llegaría antes del 31 de diciembre y, si la ratificación se retrasa, se activaría la ayuda?

Obviamente la ratificación, dependiendo de cuándo se firme, podría tomarnos uno o dos meses del próximo año. Es eso a lo que el señor presidente ha hecho referencia. Él ha dicho que está haciendo un cálculo, un estudio interno, de cuánto sería el impacto en ese hipotético caso de que hubiera un problema de 30 o 60 días para que los parlamentos ratifiquen.

Sería bueno conocer algún detalle sobre esa ayuda para dar tranquilidad a los importadores europeos de que Ecuador cubriría los aranceles…

Nosotros lo que tenemos que dar es seguridad de decisión política. Eso es lo fundamental. La decisión política es que vamos adelante con la firma del acuerdo y su ratificación. Esa es la decisión y va más allá. Si por alguna razón que no tiene que ver con nosotros, hubiera un retraso en estos temas, estamos analizando cómo afrontarlo. Es una segunda instancia.

Pero el Gobierno ya ha admitido que habría una ayuda…

Sí, estoy de acuerdo. Si no llegamos, algo hay que hacer. Pero los medios lo trasladan equivocadamente y dicen que la firma sería en febrero o marzo, pero eso no se ha dicho. La firma tiene que ser este año. Si nosotros mismos, empezamos a decir que no hay forma de llegar en esa fecha, nosotros mismos nos perjudicamos. Porque una cosa que nos ha ayudado es la obstinada indicación del ministro de Comercio Exterior, jugándose la cabeza cada vez que declara, de que no hay plan B. Eso significa que si no se da, soy el único responsable.

O sea, no se dan más detalles de la ayuda para no mandar un mensaje contradictorio a la UE…

Toda la tensión se desactivaría. Nosotros hemos puesto esto como un asunto de tal impacto que, de no darse, mejor le devolvemos a la UE lo que nos dieron por el terremoto. Porque el perjuicio que nos ocasiona la no ratificación por temas que tengan que ver por el lado de ellos -como los irritantes- es exponencialmente muchísimo mayor, en empleos… ¿Para qué me mandas un millón de euros? Te lo devuelvo porque el impacto de un retraso es mucho mayor.

Fuente: Expreso | ElProductor.com

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