Desde la última semana de noviembre hasta febrero, en la región andina del país se degusta del capulí, fruto pequeño pero cuyo árbol puede llegar a medir hasta 12 metros de alto.

El capulí se lo observa en huertos y hasta en las vías, sus ramas son frondosas y de ellas cuelgan los pequeños frutos.

En Tungurahua se lo encuentra en la mayoría de sus cantones: Cevallos, Pelileo, Ambato, Quero, Patate y Píllaro, e incluso muchas familias se dedican a la venta del fruto que en el pueblo indígena lo relacionan con la fertilidad de la mujer.

Bolívar Yantalema, historiador del pueblo andino, informó que los abuelos relacionaban el fruto de la variedad chaucha con la fertilidad de la mujer, ya que su fruto pequeño tiene forma de ovario.

Asegura que como el árbol también se produce en abundancia es considerado el árbol de la fertilidad.

El agrónomo Carlos Cortés menciona que el capulí es una de las especies más humildes que nadie cuida, pero que todos cosechan.

Agrega que es nativo de América y que ancestralmente ha sido parte de la dieta de las poblaciones indígenas. El árbol puede llegar a vivir hasta los 80 años.

Con este fruto se hace el tradicional “jucho”, que traducido al español significa colada. Para los yachaks, esta bebida es sagrada por su color morado y porque representa un símbolo de la fertilidad femenina.

Pero el fruto también es parte de la forma de subsistencia de las personas de las comunidades.

En Salasaka son 20 puestos donde se oferta el producto en pequeñas canastas de un dólar. María Jerez, una de las comerciantes, sostuvo que suele vender hasta 30 libras del producto durante un fin de semana.

El capulí, a más de comerse como aperitivo, sirve para hacer dulces, coladas, conservas e incluso se lo utiliza en los rituales de ceremonias andinas. En Carnaval se elabora la colada, cuyos ingredientes principales son agua, maicena, canela y pedazos de durazno, manzana o pera, al dulce lo denominan jucho.

En las cosechas, las mujeres rinden un ritual especial al capulí. La cosecha se la hace en familia.

María Jerez comentó que cuando la cosecha es buena las ramas empiezan a caer y pueden recoger los frutos sin necesidad de subirse al árbol.

Carlos Cortés dice que este árbol solo se lo encuentra en el sector andino, en las provincias de Tungurahua, Chimborazo y Bolívar.

 

Fuente: Expreso | ElProductor.com

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