A criterio del experto Luis Valverde Cuero, la eliminación de la cubierta forestal para transformar los bosques en cultivos agrícolas y pastizales sin la combinación con árboles y arbustos, se ha constituido en un verdadero atentado al equilibrio de la naturaleza en la provincia de Esmeraldas.

Según Valverde, en esta provincia hasta hace dos décadas había un millón 400 mil hectáreas de bosques, sin embargo, al momento apenas existen 200 mil que no han sido intervenidas; hay 400 mil hectáreas de pastizales, 200 mil de palma africana y el resto está ocupado por pequeñas parcelas de cultivos agrícolas de subsistencia.

Considera que para remediar y mitigar esa situación de deterioro ecológico, es fundamental corregir la ausencia de la variable forestal en los pastos y cultivos, introduciendo los árboles necesarios, útiles y rentables con participación plena de campesinos y agro-productores en general.
Socializan proyecto

Una propuesta en tal sentido viene socializando Valverde ante las autoridades y entidades correspondientes de la ciudad y provincia de Esmeraldas.

El planteamiento se halla orientado a promover el desarrollo sustentable de la provincia de Esmeraldas, con especial énfasis en los pueblos tradicionalmente postergados.

La propuesta tiene relación con la intervención de 300 mil hectáreas de pasto y 300 mil hectáreas de cultivos agrícolas, cacao, cafre, plátano, maíz, frutales, etc., piscina dulce acuícola, actividades claves, según Valverde, para garantizar la seguridad y soberanía alimentaria de esta provincia y el país.

Valverde concibe ese planteamiento con visión regional y por tanto piensa que debe emprendérselo considerando áreas colindantes con las provincias de Carchi, Imbabura, Pichincha, Santo Domingo de los Tsáchilas, Manabí, Colombia y el Océano Pacifico.
Proyecto a ocho años

“Ese proyecto bien puede ser ejecutado en un periodo de ocho años, es decir, intervenir 75 mil hectáreas por año, distribuidas en las diferentes actividades agro-productivas que conciba la planificación”, explicó el profesional.

En cuanto al valor y posibles fuentes de financiamiento, refirió que la implementación de ese proyecto costaría unos 200 millones de dólares y propone que sea financiado por diferentes fuentes, entre las cuales está el Estado ecuatoriano con el aporte de un dólar por cada barril de petróleo que se exporte a través de los dos oleoductos (SOTE y OCP).

Además, la Cooperación Internacional, en un tramo no reembolsable, por los propios campesinos y finqueros a través de Banecuador, Corporación Financiera Nacional y la banca privada, principalmente para los cultivos agrícolas, también son fuentes de financiamiento para ejecutar el proyecto.

 

 

Fuente: La Hora | ElProductor.com

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