El abismo Challenger, en la fosa de las Marianas, es el lugar más profundo de la Tierra. Está en el océano Pacífico, a unos 11.000 metros de profundidad, por lo que solo tres veces el ser humano ha llegado hasta allí. Se creía que esa distancia lo tenía a salvo del impacto de los estragos del hombre, pero no.
Científicos han detectado “niveles extraordinarios” de contaminación industrial en esta y en la fosa de Kermadec, según un estudio publicado en la revista Nature Ecology & Evolution.
Entre los POP figuran los policlorobifenilos (PCB, prohibidos desde los años 70) y difeniléteres prolibromados (PBDE), utilizados en fluidos dieléctricos y en retardantes de llama, respectivamente.
Estas sustancias son altamente tóxicas y pueden permanecer en el medioambiente durante largo tiempo sin descomponerse y trasladarse a grandes distancias a través del agua y del aire. Es probable que los POP llegaron hasta las fosas marinas a través de residuos plásticos y de la carroña que se deposita en sus profundidades, donde se convierten en alimento de los crustáceos anfípodos.
Fuente: El Tiempo | ElProductor.com