La oficina del país andino presentó un diagnóstico preliminar sobre la realidad de los jóvenes rurales. El GDR-Ecuador mantiene una agenda de trabajo con este sector de la sociedad.

En Ecuador no existen políticas públicas dirigidas a los jóvenes del sector rural. Esa es una de las conclusiones a las que llega el estudio Juventudes Rurales, elaborado por Rimisp-Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural. El diagnóstico fue elaborado por la investigadora Alejandra Estévez y fue presentado durante la más reciente reunión del Grupo de Diálogo Rural (GDR-Ecuador), en Quito.

“En lo que se refiere a institucionalidad, no  existen entidades, políticas públicas y no hay programas públicos enfocados al 100% en el trabajo con jóvenes rurales. Existe una línea transversal en ciertas instituciones públicas, que discute el tema de juventud rural, muy en el imaginario, pero alguien que se encargue de saber ¿qué está pasando?,  ¿qué quieren?, ¿a qué aspiran los jóvenes rurales­?, no existe. “señala la investigadora

Y este conocimiento sobre la problemática de la juventud rural en el país andino es fundamental, antes de “proponer soluciones o políticas. Es necesario elaborar un diagnóstico en primer lugar, antes de tratar una “enfermedad””, recalca, Ney Barrionuevo, secretario técnico del GDR-Ecuador.

Esta primera entrega de la investigación realizada por Estévez recopila las estadísticas existentes sobre el sector y la información obtenida en entrevistas directas a actores clave y que han sido desagregados por factores de incidencia.  En primer lugar se detalla que el 9% de la población total del Ecuador, es decir 1,5 millones, pertenecen a la categoría de jóvenes rurales, que están ubicados en un rango de edad de entre los 15 a los 29 años.

En el ámbito de la salud, el 69,10% de jóvenes no tienen ningún tipo de seguro de salud y el 41,1% recurre a la automedicación. Las muertes prevenibles en jóvenes ascienden al 34%: el 19.3% de las muertes son ocasionadas por accidentes de tránsito, mientras que  16,87 por agresiones y el 8,97% por lesiones autoinfligidas intencionalmente.

La tasa de embarazo adolescente es del 6%; el 2% se presenta en niñas de entre 10 a 14 años y el 5% en chicas de entre 15 a 17 años.

En relación al suicidio de jóvenes en el Ecuador, las cifras existentes al año 2015, detallan que el 12% consideró suicidarse, de los cuales el 8% son hombres y el 16% mujeres. Un 7% en el rural del porcentaje nacional está ubicado en las zonas rurales.

“En los espacios rurales, el promedio de escolaridad es de 7,5 años, enfrentado a los 11,3 años del mismo promedio en las zonas urbanas. Y eso genera grandes diferencias”, indica la consultora. El analfabetismo a nivel nacional es del 1,6%; de esa cifra el  2,2% está ubicado en el rural.

La tasa de matrícula rural correspondiente a bachillerato técnico (considerando actividades agropecuarias, industria, servicios, arte o deportes) es del 82,4%, mientras que la tasa de matrícula en universidades en el área rural llega al 5,2%, “en general la educación superior no llega a las poblaciones rurales”, explica.

Los datos que evidencian la realidad económica de los jóvenes del área rural ecuatoriana señalan que  el 63,6% se encuentra en situación de pobreza por Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), mientras que el 27,1% se ubica en  pobreza extrema. Un 33,4% de los hogares rurales viven bajo la línea de la pobreza multidimensional. El estudio también detalla que El 21,7% de las familias rurales tienen acceso a servicios básicos.

El desempleo dentro de la juventud rural llega al 10% y hasta el 75% entra dentro de la categoría del empleo inadecuado.

Un 78% de la población rural cuenta con vivienda propia, “debido a la concepción tradicional que hace que los padres leguen la tierra o la casa a sus hijos. Quienes no logran heredar una propiedad, muchas veces optan por la migración.”

En ese aspecto, el 29% de los migrantes (externos o internos) registrados en el Ecuador (de un total de 1,4 millones), son personas del ámbito rural.

De este porcentaje el 93% ha migrado dentro del propio país, mientras que el 7% lo ha hecho hacia fuera del territorio nacional.  “Las dos grandes razones de la migración, son mejorar las condiciones de vida, pero también acercarse a los imaginarios de lo que quieren que sea su vida. Estos imaginarios ahora están determinados por la conectividad: el acceso a la Internet”, comenta la investigadora.

Los integrantes del GDR-Ecuador concluyen que este diagnóstico evidencia una situación desfavorable del sector, además del desconocimiento general, que existe sobre la problemática de los jóvenes rurales. Una falta de conocimiento que va más allá de las estadísticas, ya que no existen estudios de carácter cualitativo, que permitan identificar las expectativas de la juventud del campo ecuatoriano.

Por ello se recomienda identificar las principales brechas de información en las variables más relevantes, que puedan ser materia de investigaciones posteriores, incluyendo estudios de caso de iniciativas en marcha para extraer aprendizajes. Así como una sistematización de la información existente en el país, sobre juventud rural, con el fin de presentarla a las nuevas autoridades nacionales, “en la perspectiva de contribuir en un futuro al diseño de políticas públicas más creativas y que respondan a los problemas de los jóvenes rurales y sus causas, de manera diferenciada, sobretodo en educación técnica y emprendimientos”, resalta Ney Barrionuevo.

Fuente: Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural.

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