En el mundo existe un mercado rentable y llamativo para el desarrollo de la maricultura (cultivo de organismos marinos en jaulas ubicadas en mar abierto), sin embargo, la falta de financiamiento público impide que esta nueva actividad despunte en Ecuador.
Samir Kuri, gerente de operaciones de Ocean Farm, firma pionera en incursionar en esta labor, dijo que aún no acceden a créditos de la banca pública porque “no se ajusta a las realidades de la industria”.
“En 2015, la CFN (Corporación Financiera Nacional) lanzó un programa, pero no era algo real en cuanto a intereses, pedimos que se mejorara la tasa, la disponibilidad de que se transforme en un crédito prendario, (pero) ha habido dificultad en eso. (Hoy) se trata de pulir esos detalles”, señaló.
Comentó que para ser más eficientes están en busca de un préstamo o inversión privada o pública de entre $ 2 y $ 2,5 millones.
Para Arturo Clement, director ejecutivo de la empresa DataSalmon de Chile, el tema del financiamiento es fundamental en un país para desarrollar la maricultura.
Por ello, Clement espera que Ecuador genere, a través del Ministerio de Finanzas, fondos a favor del sector privado para el desarrollo de distintas especies en el mar. A esto se une el tener una ágil y flexible regulación de la actividad, sobre todo en el tema de trámites.
“La necesidad mundial de proteína es enorme; por un lado la pesca es incapaz de abastecerla y por otro los cultivos en tierra están en niveles altos de productividad, así que la gran respuesta para cubrir esa demanda para los próximos 50 años es la maricultura”, manifestó.
Clement destacó que en la actualidad existe un gran desarrollo en cultivos marinos de salmón en Chile, Noruega y, en menor nivel, en Escocia y Canadá.
Tras este recurso pesquero, existe desarrollo de cultivo de dorado y alumina en el Mediterráneo, en Turquía y Grecia.
La empresa opera desde 2007
La empresa Ocean Farm se constituyó en 2007, pero fue a finales de 2014 cuando obtuvo las licencias ambientales del Gobierno Nacional para colocar las jaulas frente a Jaramijó (Manabí), donde se reproducen los peces cobia.
Tres o cuatro años antes de aquello, la firma recibió los permisos para la operatividad de sus laboratorios, lo que “nos permitió estar en investigación y desarrollo” de peces, dijo Kuri, quien ayer impartió la charla “Maricultura en Ecuador-El reto de ser los pioneros”, en el último día de la Aqua Expo 2017, que realizó la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA), en Guayaquil.
“Han pasado 10 años y hemos invertido $ 6,5 millones en investigación y desarrollo, pruebas, alimentos, electricidad, bombas y salarios, nuestra gente ha estado pagando pese a no haber producción, obviamente eso también implica las siembras que se realizaron, la logística, los activos como tal”, indicó.
En la actualidad, la empresa tiene una concesión de 35 hectáreas marinas, donde cuentan con un reticulado para instalar seis jaulas, pero hoy solo hay tres, de las cuales dos están operativas, mientras que la tercera está en proceso de cambio de red para sembrar el recurso.
Kuri comentó que hace poco cosecharon 14.000 peces, y se espera que la siguiente cosecha sea en mes y medio y arroje el mismo rango. Su destino es Estados Unidos.
Dijo que gracias a la maricultura, hasta el momento, han logrado la apertura de un nuevo mercado, ya que normalmente se vende la cobia en el mundo con un peso de entre 3 y 5 kilos, pero OceanFarm abrió un mercado con un pez pequeño, de 1,6 kilos, pese a que eso también encareció sus costos iniciales.
“Hoy por hoy tenemos la certeza de producción, de mercado, tenemos pedidos en firme para el mercado asiático, de cuatro contenedores mensuales, pero hoy no tenemos la capacidad para hacerlo en este momento”, dijo Kuri, tras agregar que también han hecho pruebas con dorado, pargo y huayaipe.
El MAP impulsa el cultivo de macroalgas en Santa Rosa
La cooperativa de Producción Pesquera Artesanal Santa Rosa de Salinas es parte del Proyecto Maricultura y Piscicultura para el Fomento Acuícola en Ecuador, que impulsa el Ministerio de Acuacultura y Pesca (MAP), con el fin de gestionar nuevas alternativas de producción para los pescadores artesanales.
Dicho gremio, de 96 socios, incursiona en el cultivo experimental de macroalgas marinas. Cuenta con 10 hectáreas concesionadas por el Gobierno por 20 años.
En dicho espacio se pueden instalar 62 balsas flotantes long line, de 20 celdas de 3 x 5 metros, cada una. Miguel Macías, titular de la Cooperativa Pesquera, dijo que hay beneplácito para el proyecto. “Hemos buscado alternativas que sustenten con el tiempo al sector pesquero y a nuestras familias”, señaló.

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