La elaboración de un nuevo plan económico impulsa el reclamo empresarial. Las rebajas arancelarias y el pago de subvenciones están entre los pendientes.

El sector empresarial aprovecha estos días para sacar a la luz el listado de ofrecimientos que nunca recibió. Para ellos, la elaboración de un nuevo plan económico significa una nueva oportunidad para que las autoridades resuelvan sus necesidades y con ello lograr mejorar su competitividad.

El anuncio de algunas autoridades de volver a restringir el ingreso de productos importados alarma a este sector, que no solo busca que las autoridades desistan de esta medida, sino que cumpla con algunos ofrecimientos vinculados a esta materia.

En compás de espera continúa el sector ensamblador de carros que, desde septiembre del año pasado, está a la expectativa de que se apruebe el listado de una desgravación arancelaria que le permita comprar a mejor precio las partes y piezas de vehículos, como compensación al esfuerzo de incluir un mayor número de partes y piezas nacionales en sus procesos productivos. En igual espera están los camaroneros, que buscan que se rebaje el arancel de hasta un 45 % que deben pagar en la compra de alimento para larvas, un insumo que no existe en el país y que hoy está ayudando al sector a ganar mayor competitividad.

Así lo explica José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura, quien habla de la necesidad de empezar a corregir los altos costos en los que incurre la industria local, más si se habla de sectores tan importantes como el camaronero, que a través de su exportación llega a generar al año $ 3.000 millones de ingresos.

La revisión del diferimiento de los aranceles que se pagan sobre otros productos también está en la lista de pendientes. Varios sectores, como el algodonero, el cafetalero y el cacaotero, piden que esta exoneración se aplique de forma indefinida y que no dependa de una renovación.

Patricio Alarcón, presidente de la Federación de Cámaras de Comercio, aboga por políticas sostenibles y de largo plazo, que incluyan también el compromiso de hallar mecanismos que hagan viable la devolución de ciertos impuestos, como compensación a la labor exportadora.

Sectores divididos

A FAVOR “límite a la importación”: El incremento del 22 % que registraron las importaciones el año pasado es justificación suficiente para que algunas entidades como el Banco Central o el Ministerio de Comercio Exterior se muestren a favor de una política que vuelva a restringir el ingreso del producto foráneo. Con ello, dicen, se podría estabilizar la balanza de pagos.

EN CONTRA “No más resctricción”: Para el sector productivo, el cierre de importaciones no ayudaría a la reactivación de la economía. Ponen como ejemplo los millones de dólares en pérdidas que la política de salvaguardias generó en las ventas del sector comercial, a raíz de un encarecimiento de productos y restricción del consumo. Los empresarios insisten en la liberación del comercio y en la baja de impuestos.

Rebaja arancelaria

1.600 subpartidas, en revisión: Mientras ciertas autoridades apoyan una restricción de importaciones, otras buscan que la medida no afecte a ciertas compras que se hacen desde el exterior.

Es el caso del Ministerio de Industrias, que la semana pasada planteó al Ministerio de Finanzas que se aplique una reducción de aranceles a cerca de 1.600 subpartidas, que corresponden a bienes de capital y materias primas que no se producen en el país “y que actualmente afectan negativamente la competitividad de la industria nacional”. La propuesta fue entregada la semana pasada con el fin de que sea considerada en la elaboración del nuevo plan económico, que se dará a conocer la próxima semana.

Falta de aprobación

Finanzas es una traba: La Ley de Reactivación Económica, en su artículo 5, indica que toda decisión que afecte los ingresos del presupuesto general del Estado tendrá que ser consultada al Ministerio de Economía y Finanzas. Esa disposición hoy es una de las principales trabas para que varios sectores no hayan podido acceder a ciertas ayudas arancelarias prometidas, como la aprobación o renovación de diferimientos arancelarios. Pablo Campana, ministro de Comercio Exterior, anunció que se está trabajando para encontrar una salida a este problema, pues reconoció que apoyar la importación de materias primas y maquinarias ayudaría a que la industria se vuelva más competitiva.

 

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