Martha Mero, moradora del sitio San Miguel de Briceño, en la zona rural de San Vicente, mencionó que a pesar de que el invierno ha sido bueno, llegó atrasado.

Destacó que en su zona los agricultores no sembraron hasta la segunda semana de febrero, cuando comenzaron las lluvias, lo cual retrasó el ciclo de crecimiento del maíz.
Indicó que para Semana Santa es costumbre preparar platos como la torta, el cortadito y las tortillas fritas de choclo; sin embargo, dicha tradición podría verse afectada esta vez.
Miguel Rivadeneira expresó que otro de los productos que se cosechan para esta fecha y que tampoco van a estar listos en Semana Santa es el fréjol criollo, ya que, al igual que al maíz, su ciclo hasta la cosecha toma por lo menos dos meses y medio.
COSECHA. “Calculo que en este invierno el 30 por ciento de los productores de maíz, fréjol y maní cosechará a tiempo, pero el restante (70 por ciento) no tendrá estos granos para finales de marzo, por lo que se tendrá que comprar a quien lo tenga o preparar otro tipo de comida y romper la tradición”, comentó.
Rivadeneira añadió que por este suceso muchas veces los precios aumentan.
Uno de los inconvenientes con los que se han encontrado esta última semana es la aparición del gusano cogollero, que provocó que los agricultores empiecen a fumigar sus sembríos para evitar que esta plaga los termine de destruir como lo está haciendo la naturaleza.
Durante esta semana una de las actividades que realizaron los agricultores fue la colocación de urea en la base de las plantas
de maíz para abonar la tierra.

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