El Gobierno ecuatoriano, en el marco del programa nacional “Reverdecer Ecuador”, presentado a fines de febrero, aspira a fortalecer la gestión ambiental en todo el país, de forma inclusiva y la promoción de la corresponsabilidad de las autoridades locales y la ciudadanía.

En este contexto, uno de los aspectos importantes de esta estrategia se encuentra el apoyo a bioemprendimientos, que ayudarían a la independencia de Ecuador a su actual extractivismo y dependencia petrolera.

En entrevista con Andes, el asesor en bioeconomía y Finanzas sostenibles del Ministerio del Ambiente de Ecuador (MAE), Alfredo López, explicó los conceptos de este tipo de producción, la planificación de su apoyo, la importancia de los bioemprendimientos y la creación de una marca sectorial para su impulso internacional.

Actualmente se han encontrado unos 400 bioemprendimientos a escala nacional, según ha declarado recientemente el Ministro de Ambiente, Tarsicio Granizo, donde “la mayoría de ellos son muy pequeñitos, locales”, sin embargo; la intención del gobierno nacional es elevarlas a un nivel que permitan tener un mercado mayor y ampliar el número de estas iniciativas.

Desde un principio es necesario aclarar el concepto del ‘bioemprendimiento’. ¿En qué consiste un exactamente y en qué se diferencia de otros?

Como parte de la iniciativa emblemática Reverdecer Ecuador, uno de los siete ejes de la iniciativa tiene que ver con el impulso de la bioeconomía, es una categoría amplia. Lo que intenta el MAE es una transición, una ruta que permita transitar de una economía actual dependiente del uso de energías fósiles y aprovechamiento del petróleo a avanzar hacia una economía cada vez más sostenible, inclusiva, compettitiva y que sea resiliente a los cambios del cambio climático.

Desde esa mirada amplia de la bioeconomía, el ministro de Ambiente ha postulado como eje de trabajo la promoción de los bioemprendimientos. Tienen dos particularidades, uno es el uso y aprovechamiento de la biodiversidad silvestre (…) un segundo elemento es que incorporen una dimensión de inclusión social, económica y laboral.

No estamos hablando únicamente de hacer “negocios verdes”, no; ese no es el enfoque, es que la gente que gaha esos emprendimientos puedan ser parte de encadenamientos productivos, unos como proveedores de materias primas, otros como parte del proceso de transformación y otros como parte de las cadenas de producción.

Un tercer elemento que distingue a los bioemprendimientos es la innovación, que no es necesariamente innovación de alta tecnología, porque muchas de las innovaciones de agricultores, campesinos y pueblos indígenas que incorporan en sus sistemas de recolección, de producción o de cosecha son innovaciones, inclusive, ancestrales.  También, innovación de alto valor, aquella que se genera en las universidades, en institutos públicos de investigación y que con el fruto del desarrollo tecnológica se logra una serie de aplicaciones de recursos biológicos y que generan insumos o materia prima para la industria o comercio.

En ocasiones anteriores, el ministro Granizo ha declarado que se han encontrado al menos 400 bioemprendimientos en todo el país de diferentes magnitudes, ¿cómo se han identificado y clasificado? ¿cuáles ejemplos nos puede dar?

Hemos llegado a identificar a al menos 2.500 empresas, que están constituidas y vinculadas a actividades que llamamos bioeconómicas. Como lo ha dicho el Ministro, hemos identificado 400 bioemprendimientos, fundamentalmente en el ámbito rural.

El mayor número de ellos está vinculado al sector alimenticio, desde la producción de quinua orgánica, cacao, aprovechamiento de algas, microalgas y de grillos para generar proteína animal que es utilizada en crianza de animales de granja.

Pasando a otros que son más sofisticados, por ejemplo lo que está haciendo la Escuela Politécnica del Litoral, la Católica (PUCE) que es el establecimiento de una biorefinería, basada en fuentes orgánicas, que está operando a nivel experimental en la PUCE, que hacen uso de la tagua, un marfil vegetal que sirve para hacer los cortes de los discos que se exportan para hacer botones. La PUCE aprovecha los residuos que quedan para extraer la nanocelulosa, que tiene aplicaciones en el ámbito textil y fibras. Es un bioemprendimiento de origen académico y han escalado a un nivel comercial y dar un salto empresarial.

¿Podemos saber dónde se encuentran cada uno de ellos? ¿Existe ya una iniciativa de registro de cada una de ellas?

Según nuestros registros, los bioemprendimientos mayoritariamente se concentran en Pichincha, en Guayas, Loja, Manabí, Napo y Cotopaxi, en ese orden. La gran mayoría están en el ámbito alimenticio, alimentos funcionales, bebidas energéticas.

¿Eso quiere decir que, en el proceso de producción en los bioemprendimientos no se utilizan fertilizantes artificiales o químicos?

Entre los criterios que nosotros estamos empleando, es que si los insumos o materias primas son de origen biológico, todos los procesos también sean naturales. Sin embargo, debo decir que en la marcha hemos venido mirando que es una transición que debe venirse dando porque, en algunos casos, sin la aplicación de productos químicos es inevitable hacerlo, porque todavía no usamos como país la tecnología que pueda permitirnos eliminar toda la aplicación de elementos químicos.

¿Cómo se plantea apoyar a este tipo de emprendimientos desde el Gobierno? ¿Es posible el financiamiento directo u otra estrategia como supervisión o apoyo técnico?

De muchas maneras, incluyendo el financiamiento como no. Estamos en conversaciones con otros Ministerios, por ejemplo, la Secretaría de Juventudes, que están por lanzar una iniciativa gubernamental de empleo y emprendimiento joven. La articulación con nosotros es que, en ese mundo joven de soñadores, emprendedores y que siempre buscan nuevos retos, un grupo de ellos siempre está vinculado a lo ambiental. Ahí va a haber una importante línea de apoyo fundamental al emprendimiento joven y bioemprendimiento.

Con el Mipro (Ministerio de Industrias y Productividad) también impulsamos bioemprendimientos, y estamos terminando la primera (fase) de caracterización de cuáles son los servicios que requiere el bioemprendimiento en el Ecuador, como asistencia técnica, comercial, financiera, patentes, marcas, registros sanitarios.

Lo que queremos con esta caracterización es saber con números, valores y costos debemos articular la red de servicios públicos-privados que promocionen los bioemprendimientos.

Hace semanas, en entrevista con Andes el Ministro Granizo nos confirmó que Ecuador asistirá a la cumbre de bioconomía denominada ‘Cumbre de Bioeconomía Global’ que se realizará  en la ciudad de Berlín del 19 al 20 de abril, con su presencia o una delegación.

¿Cuáles aspectos necesita aprender todavía nuestro país para conocer más sobre este tipo de producción?

A nivel global, estamos viviendo lo que se conoce como la Cuarta Revolución Industrial, y precisamente, Alemania es la locomotora de esto. Las industrias 4.0 en nuestra región poco a poco están ganando más terreno. Yo creo que el Ecuador no se va a quedar atrás en esto y la inserción inteligente que está teniendo Ecuador es ser parte del diálogo global.

El Ecuador, cada vez más en la región en un cortísimo tiempo de un año, se encuentra entre los países de vanguardia de estructurar una política fuerte en bioeconomía, esa apuesta de transición de cambio de nuestra economía. Ecuador no solamente tendrá una participación (en la Cumbre) en sesiones, sino reuniones con el Ministerio de Cooperación Alemán, Ministerio de Ambiente alemán y algunas empresas, en la perspectiva de atraer interés e inversión de encontrar en Ecuador un ancla en inversiones que tengan este enfoque económico que planteamos.

En perspectiva a futuro, ¿se plantea la promoción de bioemprendimientos para su posible exportación?

Para identificar todos estos bioemprendimientos en el Ecuador, el MAE lo que ha hecho es registrar una marca sectorial, registrada en el IEPI (Instituto Ecuatoriano de la Propiedad Intelectual) que identifica a los bioemprendimientos que se llama ‘BioEcuador’.

Esperamos en una semana o dos máximo, se va a hacer una exposición inicial de una muestra pequeña seleccionada de los bioemprendimientos que van a estar en estantes (en la Presidencia de la República en Quito). Esto será un abreboca de lo que queremos en septiembre u octubre, que será un evento grande en Ecuador, dos días de un evento que reunirá a nivel nacional y regional, a personas interesadas desde la Academia, política, inversión sobre bioemprendimientos.

Será una suerte de simposio, rueda de negocios, de speakers internacionales que vendrán a promocionar laboratorios, donde interesados en presentar sus iniciativas y bioemprendimientos, donde tendrán la oportunidad de presentar a inversionistas qué es lo que se está haciendo en Ecuador y tejer redes de colaboración.

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