El 27 de diciembre del 2017 el presidente Lenín Moreno expidió el decreto 256, a través del cual declaró «la plena liberalización del transporte áereo por parte del Ecuador».

Desde hace tres meses rige la política de cielos abiertos en Ecuador, que busca ampliar la conectividad aérea. Es decir, aumentar los vuelos internacionales, las rutas aéreas y las aerolíneas que operan en el país.

El 27 de diciembre del 2017 el presidente Lenín Moreno expidió el decreto ejecutivo 256, a través del cual declaró “la plena liberalización del transporte áereo por parte del Ecuador”.

La medida es para la aviación comercial, no para la militar, y dentro de ella, para el transporte de pasajeros, carga y correo.

Es un concepto internacional que surgió después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuando Estados Unidos decidió “abrir sus cielos” para fomentar el tráfico aéreo, según refiere el viceministro de Turismo, Carlos Javier Larrea.

“De allí a la fecha muchísimos países han comenzado a implementar la política de cielos abiertos”, dice Larrea, al tiempo de admitir que Ecuador estaba “atrás en lo que ha pasado en el derecho aéreo”.

Hasta septiembre del 2016, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) registraba “más de 300” acuerdos de cielos abiertos que habían sido firmados entre “más de 150 estados”, según informó su departamento de prensa a este Diario.

La OACI es un organismo de las Naciones Unidas sobre aviación civil internacional, que cuenta con 192 estados miembros.

La política de cielos abiertos adoptada por Ecuador implica que el país levanta ciertos límites que ponía en su espacio aéreo, por ejemplo, en el número de frecuencias de vuelos permitidos por semana o en el cupo de aerolíneas por país.

“Se determina que las frecuencias son libres entre dos países, es decir, una aerolínea de un país puede operar al otro sin límite de frecuencias a la semana, y sin límite en cuanto a la designación”, explica la subsecretaria de Transporte Aéreo, Jéssica Alomía.

Ella agrega que la medida permitiría a Ecuador ampliar su campo de operación. “Una compañía de transporte aéreo del Ecuador podría llegar -voy a colocar un ejemplo- a Estados Unidos, y tomar pasajeros en Estados Unidos, y llegar a un punto más allá, por ejemplo, a Canadá. La misma aerolínea puede venir de un punto anterior -por ejemplo Lima-, llegar a Estados Unidos, y continuar a un punto más allá, por ejemplo a Canadá”.

Todas estas ‘reglas’ deben ser definidas entre los países a través de acuerdos de transporte aéreo, que toman su tiempo.

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