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La abundancia de cítricos como la naranja y mandarina ha perjudicado a productores de papaya en algunos puntos de Manabí.
Esto, porque los cítricos han bajado de precio y las personas prefieren consumir estas frutas en lugar de la papaya, que se vende dependiendo de su peso. Las de uno y dos kilos cuestan 30 centavos. Antes era vendida a 60 centavos.
Los productores de San Vicente han aceptado que deben trabajar a pérdidas por este problema.
Arsenio Soledispa, propietario de un sembrío de papayas en el sitio La Clarita de la parroquia Canoa, dijo que para esta temporada ha sembrado 5 mil matas de papaya y que la producción ha sido excelente pese a que “los precios están por el suelo”.
Cada semana recolecta hasta 18 mil frutas que son vendidas en los mercados de varios cantones de la provincia y el país.
El último cargamento de papayas lo envió a Quito y por cada kilo le pagaron 15 centavos. “Al final entendemos que esto es normal, ya que los cítricos son más baratos y fáciles de conseguir”, aseguró.
Recordó que mantener este sembrío les ha costado bastante, en especial cuando deben combatir las plagas.
Trabajo. “Aquí se da oportunidad de trabajo no solo a los miembros de la familia. De 8 a 10 personas trabajan unas tres veces por semana cultivando papaya”, comentó.
Demesio Zambrano, uno de los trabajadores, dijo que gana 15 dólares cada jornal cuando recolecta las papayas. Aseguró que debe constatar cuando la fruta está lista para ser consumida.
“Son las que presentan cuatro rayas en su base y su tamaño es adecuado”, indicó el experto en agricultura.
La recolección de la fruta la hacen en carretas, una vez llenas, las llevan a una cabaña donde dos personas lavan las papayas en un tanque lleno de agua. La finalidad es quitarles la “leche” y las manchas que tengan.
Posteriormente se las lleva a los camiones que las distribuyen en todo el país.
Algunos productores reconocieron que en ocasiones su costo se eleva y en otros baja, como sucede ahora.
En otros puntos de la provincia hay quienes aseguran que producen la papaya para “regalarla” por su bajo costo.
