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Mientras que la temida luciérnaga moteada se ha visto principalmente en los condados del este de Pennsylvania, se está extendiendo rápidamente y se está alimentando de fincas y viñedos.
«En este momento, estamos viendo que la luciérnaga moteada se alimenta en gran medida de vides y manzanos», dice Heather Leach, la educadora de luciérnagas moteadas de Penn State Cooperative Extension. «En las uvas, estamos viendo daños significativos, pero hasta la fecha no se ha reportado ningún daño en las frutas de los árboles. Se alimentan de las uvas constantemente, lo que creemos que está causando problemas con la hibernación y el desarrollo de las frutas del año siguiente».
Leach dice que el desafío de controlar su movimiento es que el insecto es un buen autoestopista, que se adhiere a paquetes, automóviles u otras cosas que lo trasladan a otros lugares. Las luciérnagas están en su etapa adulta en este momento, y las hembras están poniendo huevos en superficies duras como árboles, piedras, cercas, postes de cercas o postes de viñedos.
Las luciérnagas moteadas tienen apetito por las uvas, el vino o el zumo, con 200 a 250 alimentaciones por enredadera. «Eso es mucha presión para una sola vid», dice Leach. «Las vides se están agotando tanto que pueden morir, o no producir ninguna fruta».
Leach no se preocupa tanto por los frutos de los árboles, al menos por ahora, ya que las luciérnagas sólo pasan una o dos semanas alimentándose de los árboles y después se dispersan a otros cultivos. Pero los efectos de esas alimentaciones no están claros en este momento y es necesario seguir investigando.
Americanagriculturist.com publicó una encuesta de verano realizada a al menos 90 viticultores en el estado, y descubrió que la mayoría de ellos han duplicado o incluso triplicado sus fumigaciones en viñedos, de cuatro a seis hasta 16 pulverizaciones para combatir la plaga.
