Fresh Fruit produce bananas ecológicas en la República Dominicana.

El sector ecológico continúa creciendo, y de forma considerable en los Estados Unidos. Pero después, desde hace años, existe una sobreoferta de bananas convencionales. Esto se traduce en unos precios más bajos que, como mínimo, parecen obstaculizar el crecimiento normal del sector de la banana», dice Pol Vermeiren, gerente de desarrollo de negocio en Fresh Fruit, una empresa que produce bananas ecológicas en la República Dominicana que luego comercializa.

La pandemia de COVID-19 también está influyendo en las ventas de bananas. Cuando llegó el virus, la demanda de bananas ecológicas se incrementó, pero ahora, los confinamientos y las medidas están alterando los hábitos de compra normales de los consumidores, y eso está afectando al mercado. «Esa situación en la que se demandaban más bananas ecológicas de las que había en el mercado ha quedado atrás. Ahora se cultivan mucho y creo que, sin duda, la oferta va a cubrir la demanda normal de todas formas. Eso, para nosotros, va a plantear nuevos retos».

Uno de esos retos son los requisitos de los compradores, pues cada vez más piden bananas ya envasadas en origen para la venta al consumidor. Después, solo hay que madurarlas a la llegada. «Por eso hemos invertido en un centro de distribución que ya lleva en funcionamiento un año», indica Vermeiren. Otro problema que está empezando a mortificar a todos los productores de banana es la sobrecarga de certificaciones. «Se dan muchos solapamientos e incluso contradicciones, y todo esto se traduce en costes para los productores».

Las bananas tienen una huella de carbono neutra.

Productividad duplicada
Cuando Fresh Fruit comenzó a cultivar bananas ecológicas en la República Dominicana, su productividad –1.500 cajas por hectárea– era en torno a la mitad que la de la competencia. Cinco años después, ya no es así. Fresh Fruit también suministra en torno a 3.000 cajas por hectárea. Vermeiren lo atribuye principalmente al equipo de personas jóvenes y motivadas con el que cuenta la empresa, pero las inversiones en investigación también han dado frutos. «El cultivo ecológico empieza con encontrar el suelo perfecto. Las bananas necesitan un suelo con una composición química específica».

La estructura del suelo también es importante. Ayuda a producir fruta fuerte porque, a diferencia de lo que ocurre en el cultivo convencional, los agricultores no pueden intervenir. Para controlar las plagas, Vermeiren busca nuevos métodos, como insectos que no sean una amenaza para el cultivo. «El control de plagas implica mucha innovación. Nosotros usamos todas las técnicas nuevas en ese campo. También investigamos mucho y tratamos de combinar la horticultura de precisión con la biodiversidad». El cambio climático también influye en el cultivo de banana.

Fresh Fruit construye grandes balsas de agua en las plantaciones.

Parece que la República Dominicana está experimentando largas rachas de sequía, motivo por el que Fresh Fruit ha optado por plantar sus árboles en el curso alto de los ríos, y también por construir grandes balsas de agua. Además, todas las plantaciones disponen de riego por goteo, lo que reduce el consumo de agua por cinco en comparación con el método tradicional de riego por inundación. El número de huracanes también tiende al alza. «Intentamos hacerle frente situando las plantaciones a lo largo de diferentes ríos para diversificar los riesgos», explica el gerente

Huella de carbono
No obstante, Fresh Fruit no se enfoca únicamente en la agricultura sostenible, sino que también considera importante la sostenibilidad en todos los aspectos del negocio. Por ejemplo, la empresa ha calculado su huella de carbono de la finca a la mesa. Ha sido una empresa externa la que se ha encargado de esto y ahora una tercera parte va a certificar los resultados. El objetivo es que Fresh Fruit pueda ser totalmente transparente con los clientes y los consumidores.

«Ahora podemos ofrecer con orgullo bananas ecológicas con una huella de carbono neutra». Vermeiren dice que, desde un punto de vista operativo, la meta es llegar más lejos. Fresh Fruit quiere compensar por completo sus emisiones de CO2 mediante mayores inversiones y nuevos productos. «Fresh Fruit ya va por el buen camino», concluye el gerente.

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