De acuerdo con el dirigente Eduardo Arias gerente del Comité de Ganaderos del departamento Meta – Colombia. tanto los bloqueos de vías por el paro nacional como las exportaciones hicieron que los precios subieran de forma importante.

Señaló que es bueno que al sector ganadero le llegue un momento de “las vacas gordas” pero lo importante es que al final no termine siendo un perjuicio para el mismo productor.

Los altos precios de los ganados gordos o los de reposición generan, en todo caso, un temor de que si la tendencia no se mantiene se registren pérdidas como ya sucedió en el pasado.

En esta nueva temporada de alzas se lograron precios de $7.000 el kilo de ganado gordo e incluso en las subastas se ha observado que llegan a subir hasta $9.000 y eso puede generar una falsa expectativa que el día de mañana llegue a $8.000 en el mercado físico.

El ganadero compra pensando que el precio del ganado va a seguir subiendo y eso no es seguro y luego vienen las pérdidas.

Adicional a ello hay una consecuencia y es la baja en el consumo de carne de res por el aumento de precio como ya se ha observado a lo cual se suma el problema de menores ingresos por el desempleo.

“Si las exportaciones siguen, así la baja del consumo interno se dé, el precio internacional nos va a seguir dando estabilidad, aunque lo que queremos es que haya un equilibrio”, indicó.

Por su parte, el coordinador del complejo ganadero del Meta, Camilo Hortúa, en entrevista con revista Agrollanos señaló que el ingreso de ganado se ha normalizado luego del paro y los bloqueos. Ya los transportadores pueden transitar sin problema y eso ha permitido el flujo de animales de manera normal.

Coincidió en señalar que por el alto precio de la carne las ventas y el consumo se han reducido pero ya comienza a bajar por lo menos en lo que a precio del ganado se refiere. Es así como el macho rojo extra está alrededor de $6.300 kilo, sin embargo donde más se observa el descenso es en la vaca que está en $5.100 que es el principal mercado a nivel región y la novilla que está en $5.500.

De otro lado Arias manifestó que a pesar de la temporada de lluvias que se registra en la mayor parte del país, en esta región la situación no ha sido tan crítica. “Nosotros hemos sido privilegiados, desde hace mínimo ocho años, donde el clima aunque nos afecta en el tema de inundaciones, de cultivos, de pastos, no ha sido tan drástico para el sector ganadero”.

Señaló que no se puede hablar de pérdidas tangibles porque en las partes donde se han presentado inundaciones en el tema ganadero se refleja en baja productividad y menor calidad de los forrajes pero no ha sido algo tan radical como en el sector agrícola.

“Viendo el mapeo del país y las regiones que se están viendo afectadas por el invierno como la costa, el Magdalena medio, incluso en el Pacífico, hay unas afectaciones en el sector ganadero de manera directa, que se deben buscar formas de trasladar los animales para protegerlos y darles seguridad porque se inundan las fincas y las regiones donde estos ganados pastan, pero nosotros no hemos llegado a ese extremo”.

Igualmente señaló que la langosta es un problema cíclico que ocurre casi exclusivamente en la llanura y a veces se presenta con mucha más fuerza que en otros años. En los últimos años ha sido muy localizada y no ha tenido afectaciones masivas en la altillanura que es donde más se ve.

En estos momentos no se conoce de ataques de langostas y de hecho eso sucede a finales del invierno y principios del verano y no en épocas como la actual.

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