El faenamiento ilegal se toma predios que colindan entre Ecuador y Colombia, con reses robadas en ambos países.

La carne faenada sin ningún tipo de inspección sanitaria termina en mercados y restaurantes. Las últimas denuncias y clausuras de camales clandestinos en la provincia de Carchi, en la frontera norte, mantienen en alerta a las autoridades locales.

El último caso se reportó el 20 de julio de 2022. Denuncias ciudadanas del barrio Chapuel, cantón Tulcán, en el límite fronterizo, permitieron dar con uno de estos camales. La falta de policías y militares es evidente en esa zona, donde se dan todo tipo de irregularidades y la delincuencia gana terreno.

“Hay camales clandestinos. Hay contrabando de toda clase. Se ven motos con placas colombianas circulando. Nadie hace nada”, expuso un morador, quien explicó que estos hechos se dan desde 2014, cuando se retiró el puesto policial del sector.

 Faenan ganado robado

Desde la Policía Judicial mencionaron que no han recibido denuncias formales de los ciudadanos sobre la presencia de camales clandestinos. Los uniformados, sin embargo, reconocen que dentro de sus labores de inteligencia sí se ha detectado la proliferación de este tipo de lugares.

“Conocemos que nuevamente están volviendo a faenar ganado, en especial ganado que es robado, tanto aquí en el lado ecuatoriano como en el lado colombiano”, afirmó Ricardo Andramunio, jefe de la Policía Judicial en Carchi.

Agregó que las denuncias se han publicado en redes sociales, por lo que motivó a los ciudadanos a formalizar cualquier informaciónllamando al 9-1-1, acudiendo a la Fiscalía o a la unidad policial más cercana.

Según Andramunio, las investigaciones están en marcha para determinar a los responsables de este faenamiento clandestino, así como del robo de reses en la frontera.

 Problema en aumento

Las denuncias de robo de ganado de fincas tanto en Carchi (Ecuador) como en Nariño (Colombia) aumentaron desde el último trimestre de 2021 e inicios de 2022, extendiendo la preocupación cuando algunas reses fueron localizadas en camales clandestinos de ambas localidades.

Las indagaciones policiales han revelado que bandas organizadas se dedican al abigeato, con integrantes de ambos países, que utilizan ‘trochas’ para pasar el ganado robado por la frontera.

Desde los ganaderos se resalta que el faenamiento de las reses robadas es la mejor alternativa que encuentran los delincuentes para sacar provecho de los animales sin ser detectados por la Policía.

“Si lo llevan a vender a ferias, inmediatamente se darían cuenta de que el ganado es robado, por lo que tienen que llevarlas a camales ilegales, donde nos le pidan documentos de ningún tipo, para poder convertirla en carne y ponerla a la venta en restaurantes, tiendas y mercados”, mencionó uno de los afectados por el robo de ganado.

Agregó que las pérdidas varían en cada caso registrado en fincas carchenses, bordeando fácilmente desde los $1.000 hasta los $5.000 por cada cabeza sustraída.

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