En el 80% de la carne y productos lácteos hay microplástico, determinaron científicos. Foto: Pixabay

Un estudio piloto de la Universidad Libre de Ámsterdam encontró que en el 80% de la carne productos lácteos provenientes de vacas cerdos contienen microplástico.

Con el objetivo de hacer un estudio sobre la exposición a partículas de plástico en las granjas, los científicos analizaron una serie de muestras procedentes de explotaciones ganaderas de vacas y cerdos en los Países Bajos.

Para la investigación a pequeña escala se tomaron en cuenta ocho muestras de carne de vaca y ocho de carne de cerdo. En siete de las ocho muestras de carne de vaca que se han estudiado, han aparecido partículas de plástico; mientras que en cinco de las ocho muestras de carne de cerdo hay al menos un tipo de plástico.

Además, de las 25 muestras de leche o productos lácteos, 18 contenían alguna traza o restos de plástico, mientras que la sangre de los propios animales tenía pequeñas cantidades de al menos tres tipos de plástico en todos los casos.

Aunque la muestra es pequeña, debido al tipo de estudio que se realizó, los resultados proporcionan un primer indicio de que las partículas de plástico sí están presentes en dichos productos de origen animal y apuntan a un mismo origen.

¿De dónde proviene el microplástico? 

Teniendo en cuenta las limitaciones del estudio, no se pueden hacer generalizaciones sobre los plásticos más frecuentes presentes en la carneleche sangre de vacas y cerdos.

Pero todo apuntaría a que el problema radicaría en los piensos, o alimentos que se les dan a los animales de granja.

Los autores del estudio, encargado por ‘Plastic Soup Foundation’, aseguran que «las partículas de plástico están presentes en concentraciones detectables en los piensos modernos, en los animales que los consumen y en los productos de la granja (incluidos los productos procesados productos envasados en plástico)».

De acuerdo con los resultados, el 80% de todas las muestras combinadas contenían cantidades detectables de al menos un tipo de plástico y el 100 % de las muestras de pellets y piensos triturados contenían cantidades detectables de al menos 1 tipo de plástico.

El microplástico que los animales consumirían a través del pienso, sería el resultante en los productos que llegan a la mesa, como la leche o la sangre. Después del análisis determinaron que el 72 % de las muestras de leche de cualquier tipo contenían cantidades detectables de al menos 1 tipo de plástico y el 100 % de las muestras de sangre de vaca y de cerdo contenían cantidades detectables de al menos 1 tipo de plástico.

Otro resultado que dejó en evidencia que el origen del microplástico sería el alimento de los animales es que ninguna de las muestras de piensos frescos contenía cantidades detectables de partículas de plástico.

Esto podría significar que los animales pueden absorber al menos una parte de las partículas de plástico a las que están expuestos en su entorno vital (por ejemplo, a través de la alimentación, el aire o el agua); sin embargo, no se puede concluir, por medio de este estudio de la Universidad Libre de Ámsterdam si ocurre principalmente por una de estas vías, o por todas.

Tolerancia cero 

Según el Reglamento europeo 767/2009 sobre alimentación animal, se prohíbe la adición de «envases y partes de envases derivados del uso de productos de la industria alimentaria».

Sin embargo, la Autoridad Holandesa de Seguridad Alimentaria y de Productos de Consumo (NVWA) utiliza un llamado Punto de Referencia de Acción que tolera la contaminación por debajo del 0,15 por ciento.

La Fundación Sopa de Plástico considera que esto es preocupante. «¿Para empezar, se aplica lo suficiente? ¿Y cómo se regula en otros países de la? Somos partidarios de que se cumpla la política de «tolerancia cero» a nivel europeo, sin ninguna excepción», aseguran en su página web.

Por eso, crearon una petición para fortalecer los controles y cumplir a cabalidad con la reglamentación.

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