Hay sobreoferta de la fruta y los precios se desplomaron, por lo que algunos productores la están teniendo que regalar. Actores clave de la cadena decidieron unirse para implementar soluciones.
“Sale mucho mejor regalarlos que venderlos. Estamos en la tierra del limón y nadie nos compra”, se les escucha decir a productores de Uramita, Antioquia, un municipio que desde hace tres años comenzó a sembrar esta fruta para impulsar su economía.
Y es que el panorama ya no luce tan alentador como cuando, hace unos años, en el país se empezaron a cultivar miles de hectáreas de limón Tahití, dado su auge y apetito en mercados como el de Estados Unidos.
Ahora, los distintos eslabones de la cadena en Antioquia están teniendo que unirse, pues la competencia de México, y de otras regiones como Santander y el Eje Cafetero, que ha ocasionado sobreoferta y desplome de precios, los tienen al borde de la quiebra.
Caen los precios
Desde hace unos meses, los precios de venta del limón en el mercado interno han caído significativamente, dejando por fuera del negocio a aquellos que no tienen la capacidad de exportar.
Según los datos del Sistema de Precios y Abastecimiento del Sector Agropecuario (Sipsa), del Dane, en los últimos tres meses el precio del limón ha presentado una caída del 64%, pasando de costar en abril $2.723 el kilo a alrededor de $957 en lo que va de julio. Aunque en regiones como Antioquia el precio llegó a caer en el mes hasta los $750.
Si se compara con julio de 2023, el valor presentó un desplome del 45%, pues en ese mes el kilo se vendió a un promedio de $1.753.
“Disminuyeron las cotizaciones del limón Tahití en 20 de los 32 mercados en los que se vendió esta semana. Lo anterior se debió a la mayor recolección en Guamo, Espinal (Tolima), Venecia, La Pintada, Liborina (Antioquia), Lebrija, Girón, Rionegro (Santander), Alcalá (Valle del Cauca), Viterbo y Palestina (Caldas)”, se lee en el más reciente boletín del Dane.
Precisamente, uno de los reclamos de los agricultores es que estos valores ya están por debajo del costo de producción, pues mientras sacar un kilo les cuesta entre $600 y $700, a las comercializadoras lo están teniendo que vender, en promedio, a $300 y $400.
“A Antioquia le llega la fruta de toda Colombia. Muchos amigos que son productores me han llamado a decir que están abandonando los cultivos. Es que es una inversión muy berraca para uno, que como pequeño agricultor, tiene que esperar dos o tres años para que un árbol dé limones y luego venderlos a esos precios. A mí, por ejemplo, me está tocando sacar de mis ahorros para ver cómo pago la nómina en este momento”, contó Hamber Mosquera, productor de Salgar y Pácora.
En cuanto a las razones del por qué se estaría dando esta situación, los agricultores, comercializadores y exportadores afirman que no se están llevando al exterior los contenedores que se deberían enviar en épocas de cosecha, lo que ha ocasionado una sobreoferta en las plazas de mercado. Y señalan que un agravante es la entrada de limón proveniente de otras regiones del país al departamento.
Desde la Secretaría de Agricultura de Antioquia explicaron que, de no tomarse mediadas estructurales, esta crisis actual se podría repetir en los siguientes años, pues ya se aproxima la etapa de producción de los nuevos cultivos que se sembraron hace unos años, cuando la fruta comenzó a tener auge en todo el país.
“Esto fue debido a los buenos precios del limón en el exterior. El problema es que las siembras se han hecho sin ninguna planificación desde el punto de vista comercial, o de las vocaciones de los suelos. También se han realizado sin consultar herramientas como el Plan de Ordenamiento Territorial Agropecuario”, indicaron desde la Secretaría.
Exportaciones agridulces
El limón Tahití, de acuerdo con la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), es la cuarta fruta que más exporta Colombia, representando junto al banano, el aguacate Hass, el plátano y la gulupa, el 93% de las ventas externas del sector agrícola.
Solo entre enero y mayo de este año las exportaciones de limón llegaron a US$53,7 millones, con un crecimiento de 46,2% frente al mismo lapso de 2023.
Los principales compradores fueron Estados Unidos, Puerto Rico, Países Bajos, Alemania y República Dominicana. En tanto, Santander, Antioquia, Cundinamarca y Valle del Cauca, fueron los departamentos más exportadores.
Sin embargo, pese a estos buenos resultados, las exportaciones no están siendo suficiente para evacuar la cantidad de limón que hay en este momento. Además de la competencia de países como México, que también están en cosecha y que son más competitivos que Colombia.
Agricultores y empresarios explican que a Estados Unidos está entrando producción desde México con precios por debajo de los 14 dólares, cuando los costos logísticos en Colombia, de cada caja empacada, están muy por encima de ese valor.
“Somos muy ineficientes frente a México en cuanto a precio, formas de pago, calidad, entre otros. Desde Colombia tenemos fletes internos y marítimos muy caros, costos de operación en puerto, que aparte de altos, no son estables y constantemente tienen incrementos sustanciales, lo que genera incertidumbre entre los exportadores”, manifestó Diego Pineda, representante de la exportadora Colombia Fruit.
De igual manera, Luz Adriana Villa, gerente de Coltrópicos, empresa dedicada a la exportación, empaque y producción de fruta fresca como aguacate Hass, limón Tahití, mango y gulupa, dijo a Analdex que las tarifas de transporte interno y el costo de los puertos han tenido un aumento significativo, lo que a su vez afecta la competitividad de los productores.
“Es increíble que estemos exportando fruta y que el 17% sean los costos de manejo interno en el país. Son demasiado altos y esto nos resta competitividad. Sin contar que las tarifas en puertos han subido un 25%”, argumentó Villa.
Datos del gremio de exportadores arrojan que solo los fletes marítimos, que se habían moderado, volvieron a aumentar entre mayo y julio, ubicándose en promedio por encima de los 5.900 dólares, una tarifa 315% mayor a las de 2019 (prepandemia), cuando oscilaban en 1.420 dólares.
Clima, mano de obra y valor
La cadena del limón enfrenta otros retos importantes relacionados con el clima, el valor agregado y la mano de obra calificada.
Justamente, una de las peticiones de los productores a la Gobernación de Antioquia fue sobre estrategias y programas que les permitan capacitarse y tecnificarse en cuanto a riego, fertilización y podas, con miras a ser más competitivos. Desde la Secretaría de Agricultura afirmaron que están realizando alianzas con el Sena para este fin.
De hecho, la reducción de la calidad que se ha evidenciado en algunos lotes de limón se estaría dando por malas prácticas agrícolas. Pineda, como exportador, comentó que su empresa ha tenido que descartar hasta el 70% de la fruta que recibe por no cumplir con los estándares que se exigen.
Por esto, productores como Mosquera también pidieron a las exportadoras y demás empresas que pongan su ‘granito de arena’ y brinden herramientas y asesorías para mejorar las prácticas desde la siembra en las fincas: “Sabemos que tenemos que mejorar la calidad, pero necesitamos apoyo. Que nos den, por ejemplo, asesorías con ingenieros agrónomos”, dijo.
Respecto a los desafíos climáticos, una de las preocupaciones es que el exceso de agua, provocado por el fenómeno de La Niña, llegue a afectar el calibre y recolección de la fruta. Lo que a su vez incide en la calidad.
Por otro lado, en cuanto al valor agregado, Guillermo Barrientos, representante de la Blanquita SAS, empresa transformadora de jugos, enfatizó en la necesidad de imprimirle innovación a la cadena y fabricar más productos derivados del limón.
“Invitamos a las personas que tienen cultivos de limón para que podamos transformarlo. Que este se exprima y se pueda sacar zumo para diferentes industrias, como la de coctelería. Y así aprovechar que hoy, después del covid, la inmunidad es algo muy importante: el mundo está demandado cada vez más bebidas a base de críticos”, recomendó el empresario.
Crean mesa técnica
Con miras a darle una solución a la anterior problemática, diferentes eslabones de la cadena del limón se unieron y crearon una mesa técnica comercial que reúne a actores clave del sector, incluidos productores locales, representantes de las secretarías de Agricultura municipales, comercializadores internacionales y empresas dedicadas a la industrialización de esta fruta.
Rosa Acevedo, secretaria de Agricultura de Antioquia, resaltó la importancia de este hecho, ya que a través de este mecanismo se buscará otra forma de comercializar la lima ácida Tahití, como el ingreso a diferentes mercados.
Una mirada global
Ahora, esta crisis del limón parece que no solo está afectando a Colombia. De acuerdo con la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de España, después de años de expansión del cultivo y aumento de plantaciones, el sector se enfrenta a una situación de sobreproducción que ha dejado cientos de millones de kilos sin recoger en los árboles.
Medios españoles retratan que el exceso de oferta ha motivado una caída de los precios, con contratos que se cierran muy por debajo de los costos de producción: mientras estos se estiman en 0,25 euros por kilo, los contratos se están firmando por solo 0,08 euros por kilo, lo que está haciendo insostenible la actividad para muchos agricultores.
“Denunciamos la crisis del limón. Quedan 400 millones de kilos sin recoger y el mercado está saturado. Si no actuamos, los que perderemos seremos los de siempre: pequeños productores”, publicó el gremio en su cuenta de X.
En Argentina la situación también es compleja. Según el diario La Nación, producir limones hoy en ese país es un negocio que presenta fuertes quebrantos: se están perdiendo de 7 a 25 dólares por tonelada cuando se trata de fruta fresca para exportación, y de 5 a 15,50 dólares en el producto que se reparte en la industria.
Esto se debería también a una importante sobreoferta, ya que en los últimos cinco años se presentó una disminución en los volúmenes de exportación de limón, principalmente en las cantidades enviadas a Europa, primer destino del producto argentino, en el que viene perdiendo competitividad frente a Sudáfrica.
Así las cosas, tal parece que la grave situación en la que se encuentra este cítrico se está expandiendo en los diferentes países productores, pues por años hubo un exceso de nuevas plantaciones, lo que parece que se convirtió en una crisis anunciada.
POR : Alejandra Zapata Quinchía
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