La actual crisis energética en Ecuador ha desatado un debate sobre las decisiones pasadas y las medidas necesarias para enfrentar la situación. Según líderes del sector productivo, la dependencia excesiva en la generación hidroeléctrica y la falta de inversiones en infraestructura termoeléctrica han llevado al país a una exposición crítica durante esta sequía, considerada una excepción estadística.
En una reciente declaración, José Antonio Camposano Presidente Ejecutivo Cámara Nacional de Acuacultura destacó que la generación eléctrica del país, compuesta en un 72% por hidroeléctricas, se ha vuelto vulnerable a las condiciones climáticas. Este enfoque, aunque históricamente eficiente, se ha visto afectado por la sequía actual, que representa solo el 10% de las condiciones esperadas, pero que ha dejado al país en una posición precaria, destacándo que es una situación que no viene de ahora.
La ministra de Energía, durante su intervención, anunció que se han recuperado importantes megavatios de generación termoeléctrica, lo que es un paso positivo ante la escasez actual. Sin embargo, el reto sigue siendo significativo, especialmente debido a la reducción en el suministro de energía proveniente de Colombia, que ha agravado la crisis.
Propuestas para Mejorar la Situación
Revisar Límites de Inversión: Los líderes del sector sugieren que la Asamblea Nacional debería considerar eliminar el techo de inversión de 100 megavatios para proyectos privados, lo que permitiría una mayor flexibilidad y diversificación en la generación de energía.
Alivios Fiscales: Se propone revisar el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) en materias primas y bienes de capital para reducir costos de producción y fomentar la autogeneración. Además, se sugiere que el gobierno suspenda la autorretención en el impuesto a la renta para grandes contribuyentes como una forma de alivio fiscal.
Los sectores productivos, especialmente la industria del camarón, enfrentan serios desafíos debido a cortes prolongados de energía. La dependencia del sector de la electricidad para el funcionamiento de empacadoras y fábricas de alimento balanceado ha generado preocupaciones sobre la continuidad de la producción y el abastecimiento.
Los productores se ven obligados a lidiar con estos altos costos y la presión de cumplir con contratos de entrega. La falta de energía no solo afecta la producción diaria, sino que también pone en riesgo la viabilidad económica de muchas empresas, acotó.
Agregó que en una conversación reciente en Carondelet, se abordó la necesidad de garantizar el abastecimiento de diésel para la autogeneración en el sector industrial. Se advirtió que, sin este recurso, la situación se volvería crítica. El gobierno ha emitido un comunicado garantizando el abastecimiento, pero se necesita revisar los costos de esta autogeneración, especialmente si la situación persiste hasta diciembre. Las empresas están viendo un aumento en los costos debido a la generación propia, lo que complica aún más sus operaciones, anotó.
Recalcó que están solicitando información sobre el impacto real de estos costos adicionales. Aunque aún es pronto para calcular la disminución en las exportaciones, se teme que el impacto ya se esté sintiendo en la producción. Las empacadoras, al no contar con la energía necesaria, han tenido que reducir su operación a dos turnos o menos, lo que inevitablemente afectará la cadena de suministro, dijo.