El presidente de Ecuador, Rafael Correa, se lamentó hoy de que por falta de consenso y por la existencia de diferentes visiones, no se haya podido establecer una agenda común en torno a cinco ejes de trabajo establecidos en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Al inaugurar la IV cumbre de la Celac, Correa recordó que con el gobernante costarricense, Luis Guillermo Solís, propusieron en Belén los cinco ejes de trabajo para los próximos años.
“Lamentablemente, por falta de consenso y diferentes visiones sobre Celac que, en lo personal, no considero excluyentes, no se han podido plasmar estos ejes en metas cuantificables y en una agenda común”, indicó el presidente de Ecuador, país que ostenta la presidencia temporal del bloque.
Entre esas líneas, mencionó reducir la pobreza extrema y las desigualdades y recordó que en la cumbre de La Habana declararon a la región como zona de paz y apoyaron al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, en la búsqueda de la paz definitiva.
“Entregamos una Celac con toda la capacidad de apoyar la verificación del acuerdo de cese al fuego y dejación de armas en Colombia”, declaró.
“Pero la paz (…) no es solo ausencia de guerra. La paz debe ser, sobre todo, presencia de justicia, dignidad, de oportunidades para todos”, agregó Correa.
Entre otros de los ejes mencionó también la necesidad de fortalecer la educación, ciencia, tecnología e innovación.
Correa señaló como tercer eje el generar consensos en relación al medioambiente y al cambio climático, y como cuarto, el gestionar la financiación para el desarrollo con énfasis en infraestructura y conectividad.
Comentó que la Celac estima que la región requiere invertir en infraestructura el 6,2 % del PIB regional, lo que significa cerca de 320.000 millones de dólares anuales hasta el 2020. “Sin embargo, en el último decenio, sólo se invirtió el 2,7 %, es decir menos de la mitad”, comentó.
Destacó la importancia de la inversión pública, de que exista un “adecuado financiamiento” para el desarrollo, y de que se resuelvan “contradicciones propias” de la región.
“Mientras América Latina y El Caribe tienen depositados un billón de dólares de nuestros recursos en el primer mundo, seguimos dependiendo de préstamos externos, inversiones extranjeras y de cooperación sin ningún impacto estructural”, añadió.
Recordó que en la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) se trabaja en una nueva arquitectura financiera regional compuesta por un banco de desarrollo, un fondo común de reservas y un sistema de compensaciones para el comercio internacional.
Además, insistió en la necesidad de crear centros de arbitraje para la región que “eviten ese atentado a nuestras soberanías que constituyen los actuales tratados bilaterales de inversión, donde todo está en función del capital, y los tribunales están compuestos por árbitros ‘ad hoc’ vinculados a las propias trasnacionales”.
Insistió en que la Celac, “en el mediano plazo”, debe reemplazar a la Organización de Estados Americanos (OEA), que, en su opinión, “jamás funcionó adecuadamente, pero que hoy es más anacrónica que nunca”.
Para él, la OEA debería convertirse en el foro en el que, como bloque, la Celac y América del Norte, procesen sus coincidencias y conflictos.
Fuente: El Diario | ElProductor.com