La economía de Ecuador creció un 1,4 por ciento en 2018, impulsada por un mayor gasto del Gobierno y de los hogares y un buen desempeño del sector no petrolero, anunció este viernes el banco central.
La expansión está por encima de la estimación del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Gobierno ecuatoriano que preveían un crecimiento del 1,1 por ciento para el periodo.
El Banco Central del Ecuador estimó inicialmente que la economía dolarizada del país petrolero crecería un 2 por ciento en 2018, pero tras medidas de ajuste fiscal, como una menor inversión pública, revisó a la baja la previsión.
“El PIB (Producto Interno Bruto) alcanzó un crecimiento anual de 1,4 por ciento, totalizando 108.398 millones de dólares en términos corrientes”, explicó la entidad en un comunicado.
El sector no petrolero creció el año anterior un 2 por ciento por el mayor dinamismo de la acuicultura y la pesca de camarón, servicios sociales como educación y salud, y alojamiento y servicios de comida.
El sector petrolero se contrajo un 4 por ciento en 2018 por una caída de la producción de crudo y por paradas programadas en las refinerías del país, que obligó a las autoridades a importar más derivados, explicó el banco.
Ecuador alcanzó recientemente un acuerdo con el FMI por unos 4.200 millones de dólares para un programa de tres años, que implica medidas fiscales y cambios estructurales en varios sectores, en un intento por reducir un abultado déficit fiscal y un fuerte endeudamiento externo.
Con los ajustes fiscales, el multilateral prevé que la economía de Ecuador se contraiga un 0,5 por ciento este año, pero pronostica una recuperación paulatina hasta alcanzar un crecimiento del 2,7 por ciento en 2022.
El Gobierno, por su parte, maneja un rango para el 2019 de entre una contracción del 0,5 por ciento y un crecimiento del 0,5 por ciento.
