jueves, 19 septiembre 2024.
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FAO por un manejo sostenible del agua y la tierra

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La labor de FAO en el nexo tierra-agua a favor de prácticas innovadoras para un manejo eficiente de ambos recursos son destacados por ese ente a propósito de la celebración hoy del Día Mundial del Agua.

Los cultivos y la ganadería representan el 70 por ciento de todas las extracciones de agua (el uso doméstico un 10 por ciento y los usos industriales un 21 por ciento) y a su vez es uno de los sectores que más sufre las sequías.

Aunque el 70 por ciento de la superficie del mundo está cubierta por agua, sólo el 2.5 por ciento de la disponible es dulce, de ella casi el 70 por ciento corresponde a los glaciares, y la mayor parte del resto se presenta como humedad en el suelo, o yace en profundas capas acuíferas subterráneas inaccesibles, recuerdan los expertos.

Por ello, menos del uno por ciento de los recursos de agua dulce del planeta están disponibles para el consumo, mientras se pronostica que para 2050, al menos una de cada cuatro personas probablemente viva en un país afectado por escasez crónica y reiterada de agua dulce.

Razones más que suficiente para que la FAO y de otros muchos organismos internacionales asociados al tema trabajen por encontrar senderos de uso eficiente de ese escaso y vital recurso para la vida.

A tono con la efemérides en su trabajo ‘La FAO trabaja para promover acercamientos coherentes para el manejo sostenible de la tierra y el agua’, en http://www.fao.org se señala cómo la gestión del organismo especializado de ONU para la Alimentación y la Agricultura en este campo abarca varias dimensiones del desarrollo sustentable.

Destaca entre ellos la gobernabilidad y manejo de sistemas de producción de alimento; la provisión de servicios ecosistémicos esenciales; seguridad alimentaria; salud humana; conservación de la biodeiversidad; y la mitigación y adaptación al cambio climático.

También la FAO hoy remite desde su web a su principal línea de trabajo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de ONU y en particular al número 6: ‘Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos’, y define que aumentar la producción de alimentos usando menos agua es uno de los grandes desafíos de nuestros tiempos.

La escasez de agua, los problemas de calidad del líquido y el saneamiento inadecuado, argumenta también, afectan a la seguridad alimentaria, la nutrición y las oportunidades educativas y económicas para las familias pobres de todo el mundo.

Ello implica producir más alimentos con un uso menor de agua, construir la resiliencia de las comunidades agrícolas para hacer frente a las inundaciones y las sequías y aplicar tecnologías de agua limpia que protejan el medio ambiente, así como apoya a los países en el uso de los recursos hídricos y los niveles de estrés por déficit hídrico.

Avizora que la retirada de agua para riego y ganado aumentará con el crecimiento de la población mundial y el desarrollo económico que elevarán la demanda de alimentos, unidas las tendencias dietéticas global del consumo de alimentos cuya producción requiere más agua.

En tal sentido la FAO explica cómo ella trabaja con los países y colaboradores diversos para asegurar un uso del agua más eficiente, productivo y respetuoso con el medio ambiente.

También el artículo ‘Escasez de agua, uno de los mayores retos de nuestro tiempo’ advierte cómo ese recurso disminuye de manera alarmante agravada por múltiples factores incluyendo el cambio climático, que además de mayor sequía, provoca alza de las temperaturas y por ende una mayor demanda de agua para los cultivos.

Entre las muchas maneras del uso adecuado de ese recurso, destaca la adopción de medidas para recolectar y reutilizar el agua dulce y aumentar el empleo seguro de las aguas residuales, lo cual ayudará a enfrentar hambrunas y trastornos socioeconómicos.

Sobre la urgencia de la eficiencia y repensar qué se produce y asegurar cultivos nutritivos y saludables FAO compara en su artículo que el cultivo de leguminosas tiene una reducida huella hídrica por lo que para producir un kilogramo de lentejas solo se necesita mil 250 litros de agua, pero para igual cantidad de carne de vacuno urgen 13 mil litros.

Incluso llama la atención en el apremiante problema del desperdicio de alimentos que por demás equivale a ‘desperdiciar agua’ y recuerda que cada año, un tercio de todos los alimentos producidos se pierde o se desperdicia, volumen de agua desaprovechada comparable a unas tres veces la capacidad del Lago de Ginebra.

Insiste en que la mayor contribución diaria de todos para reducir el desperdicio de alimentos es no considerar nada sobras y comprar sólo lo necesario.

Simples medidas que apuntan al ahorro de agua, tierra, energía, tiempo, protege el ambiente y la economía doméstica.

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La labor de FAO en el nexo tierra-agua a favor de prácticas innovadoras para un manejo eficiente de ambos recursos son destacados por ese ente a propósito de la celebración hoy del Día Mundial del Agua. Los cultivos y la ganadería representan el 70 por ciento de todas las extracciones de agua (el uso doméstico un 10 por ciento y los usos industriales un 21 por ciento) y a su vez es uno de los sectores que más sufre las sequías. Aunque el 70 por ciento de la superficie del mundo está cubierta por agua, sólo el 2.5 por ciento de la disponible es dulce, de ella casi el 70 por ciento corresponde a los glaciares, y la mayor parte del resto se presenta como humedad en el suelo, o yace en profundas capas acuíferas subterráneas inaccesibles, recuerdan los expertos. Por ello, menos del uno por ciento de los recursos de agua dulce del planeta están disponibles para el consumo, mientras se pronostica que para 2050, al menos una de cada cuatro personas probablemente viva en un país afectado por escasez crónica y reiterada de agua dulce. Razones más que suficiente para que la FAO y de otros muchos organismos internacionales asociados al tema trabajen por encontrar senderos de uso eficiente de ese escaso y vital recurso para la vida. A tono con la efemérides en su trabajo 'La FAO trabaja para promover acercamientos coherentes para el manejo sostenible de la tierra y el agua', en http://www.fao.org se señala cómo la gestión del organismo especializado de ONU para la Alimentación y la Agricultura en este campo abarca varias dimensiones del desarrollo sustentable. Destaca entre ellos la gobernabilidad y manejo de sistemas de producción de alimento; la provisión de servicios ecosistémicos esenciales; seguridad alimentaria; salud humana; conservación de la biodeiversidad; y la mitigación y adaptación al cambio climático. También la FAO hoy remite desde su web a su principal línea de trabajo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de ONU y en particular al número 6: 'Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos', y define que aumentar la producción de alimentos usando menos agua es uno de los grandes desafíos de nuestros tiempos. La escasez de agua, los problemas de calidad del líquido y el saneamiento inadecuado, argumenta también, afectan a la seguridad alimentaria, la nutrición y las oportunidades educativas y económicas para las familias pobres de todo el mundo. Ello implica producir más alimentos con un uso menor de agua, construir la resiliencia de las comunidades agrícolas para hacer frente a las inundaciones y las sequías y aplicar tecnologías de agua limpia que protejan el medio ambiente, así como apoya a los países en el uso de los recursos hídricos y los niveles de estrés por déficit hídrico. Avizora que la retirada de agua para riego y ganado aumentará con el crecimiento de la población mundial y el desarrollo económico que elevarán la demanda de alimentos, unidas las tendencias dietéticas global del consumo de alimentos cuya producción requiere más agua. En tal sentido la FAO explica cómo ella trabaja con los países y colaboradores diversos para asegurar un uso del agua más eficiente, productivo y respetuoso con el medio ambiente. También el artículo 'Escasez de agua, uno de los mayores retos de nuestro tiempo' advierte cómo ese recurso disminuye de manera alarmante agravada por múltiples factores incluyendo el cambio climático, que además de mayor sequía, provoca alza de las temperaturas y por ende una mayor demanda de agua para los cultivos. Entre las muchas maneras del uso adecuado de ese recurso, destaca la adopción de medidas para recolectar y reutilizar el agua dulce y aumentar el empleo seguro de las aguas residuales, lo cual ayudará a enfrentar hambrunas y trastornos socioeconómicos. Sobre la urgencia de la eficiencia y repensar qué se produce y asegurar cultivos nutritivos y saludables FAO compara en su artículo que el cultivo de leguminosas tiene una reducida huella hídrica por lo que para producir un kilogramo de lentejas solo se necesita mil 250 litros de agua, pero para igual cantidad de carne de vacuno urgen 13 mil litros. Incluso llama la atención en el apremiante problema del desperdicio de alimentos que por demás equivale a 'desperdiciar agua' y recuerda que cada año, un tercio de todos los alimentos producidos se pierde o se desperdicia, volumen de agua desaprovechada comparable a unas tres veces la capacidad del Lago de Ginebra. Insiste en que la mayor contribución diaria de todos para reducir el desperdicio de alimentos es no considerar nada sobras y comprar sólo lo necesario. Simples medidas que apuntan al ahorro de agua, tierra, energía, tiempo, protege el ambiente y la economía doméstica.