El Salón Internacional de la Agricultura, celebrado cada año en Francia, constituye uno de los eventos más populares entre los ciudadanos y atrae tanto a profesionales del sector como a niños, adolescentes, familias enteras.
Más de 600 mil personas suelen visitar la feria que tiene lugar en el Parque de Exposiciones de la Puerta de Versalles, en esta capital, y permite al público un acercamiento a lo mejor del campo francés, país considerado la principal potencia del sector en Europa.
‘El Salón es un momento importante en el año para todos los agricultores, para los visitantes, pero en el fondo es un momento clave para todo el país’, aseveró el director del Salón, Jean-Luc Poulain.
Este año la edición número 56 se desarrolló del 23 de febrero al 3 de marzo, enfocada en resaltar temáticas como el aporte de la mujer al trabajo en el campo.
Al respecto, Poulain estimó necesario ‘reconocer el verdadero rol, el verdadero rostro del oficio de agricultor, con una mención especial a las mujeres, que están plenamente integradas en este sector’.
En consecuencia, agregó, el lema escogido para este año fue ‘La agricultura: mujeres, hombres, talentos’, con el fin de rendir un homenaje merecido.
De acuerdo con el comité organizador, en esta edición se contabilizaron mil expositores, 69 países representados y 33 mil visitantes profesionales.
Asimismo, como es tradicional tuvieron lugar los numerosos concursos para elegir los mejores animales de cada raza, los mejores vinos, los mejores productos tradicionales, y los mejores productores.
El salón y su proyección regional
El salón tuvo en esta ocasión una notable proyección regional, tal como destacó el ministro francés de Agricultura, Didier Guillaume, a raíz de las elecciones europeas y de las negociaciones en torno a la Política Agrícola Común (PAC) de la Unión Europea (UE).
‘La posición francesa es clara. Defenderemos una visión que contribuya a la soberanía alimentaria de Europa, que proteja a nuestros agricultores frente a los diferentes peligros, que acompañe la transformación de nuestras agriculturas y que sea más sencilla para todos los actores’, aseveró.
Como es tradicional, el presidente francés, Emmanuel Macron, asistió a la jornada inaugural de la feria, ocasión en la cual también abogó por reforzar la soberanía alimentaria del país y de Europa.
En el discurso de apertura, el mandatario estimó que para lograr ese objetivo, es necesario refundar la PAC de la UE.
De acuerdo con Macron, la agricultura europea afronta amenazas externas entre las que sobresale la competencia de grandes mercados como Estados Unidos, China y Rusia, y también amenazas internas de diversa índole.
Frente a ello, agregó, cada vez resulta más importante ‘la soberanía alimentaria, medioambiental e industrial’.
El jefe de Estado llamó a los agricultores franceses a estar a la vanguardia en este terreno, así como en la transición ecológica para lograr que la actividad sea cada vez más armónica con el medio ambiente.
El mandatario recorrió los diversos pabellones, dialogó con los productores y permaneció en el Salón por 14 horas, un récord de permanencia de un presidente.
Para comenzar su visita, cumplió con la infaltable cita de ir a conocer a la vaca reina del Salón, Imminence, de la raza Bleue du Nord, que tras ganar el concurso de ganado bovino de la feria pasada obtuvo el derecho de presidir la edición actual.
Una cita de multitudes
Cada año más de 600 mil personas suelen asistir al Salón, que ha devenido uno de los eventos más multitudinarios de Francia.
De todas partes del país llegan niños, jóvenes, familias enteras o grupos de amigos interesados en descubrir las propuestas, mientras el Parque de Exposiciones se rodea de cientos de autobuses procedentes de numerosas localidades.
Uno de los grandes atractivos es la vaca reina, que este año es Imminence; el ejemplar se coloca en el centro del Pabellón 1 y su establo permanece todo el tiempo rodeado de visitantes deseosos de inmortalizar su presencia allí con una foto.
En ese mismo pabellón los campesinos muestran a sus mejores ejemplares de vacas, cerdos, ovejas, cabras, los cuales impresionan por sus dimensiones y por su belleza.
‘El Salón es una oportunidad para nosotros mostrar nuestro trabajo. Mantener estos animales es una pasión, lo hemos hecho toda la vida, ponemos mucho esfuerzo para que puedan estar entre los más admirados del país’, declaró a Prensa Latina Jean François, quien presentó su vaca Mathilde al concurso.
Otro pabellón muy visitado es el dedicado a la exposición y venta de productos típicos de cada región, como el queso, los jamones, los chorizos, el foie gas y el vino.
Los propios productores asisten a la feria para defender sus ofertas, que los visitantes compran a veces a precios nada baratos, conscientes de que se llevan a casa productos de una altísima calidad.
De acuerdo con muchos franceses, el Salón es una fiesta para disfrutar en familia, y son precisamente los niños y adolescentes quienes más la aprovechan, pues pueden asistir a talleres prácticos en los que aprenden a ordeñar una vaca, o presencian en directo cómo un huevo se rompe para dar vida a un pollito.
Sophie, una adolescente que desde pequeña asiste a la feria cada año, comentó entusiasmada que ‘aquí aprendemos de dónde viene todo lo que compramos en los supermercados: la leche, el yogurt, las fresas… Todo eso existe gracias al trabajo y el esfuerzo de los agricultores’.