Según investigaciones recientes, la fruta asiática karela, también conocida como melón amargo, se muestra prometedora para la ralentización del avance el cáncer. Tiene propiedades que evitan que la enfermedad crezca y se extienda.
El melón amargo, que se cocina como una hortaliza y tiene semillas como una fruta, le pone freno al cáncer, según una investigación de la Universidad de San Luis. La investigación, llevada a cabo en laboratorio y con ratones, todavía no se ha probado con personas, pero apunta al melón amargo como alternativa potencial a los tratamientos tradicionales del cáncer, afirman.
“Todos los modelos de estudios con animales que hemos hecho arrojan resultados similares, una reducción aproximada del 50% en el crecimiento del tumor”, afirma la doctora Ratna Ray, profesora de Patología en la Universidad de San Luis, Misuri. “Nuestro siguiente paso es hacer un estudio piloto con pacientes de cáncer para comprobar si el melón amargo tiene beneficios clínicos y si es una terapia prometedora adicional a los tratamientos actuales”.
“Los productos naturales desempeñan un papel crítico en el descubrimiento y desarrollo de numerosos medicamentos para el tratamiento de varios tipos de enfermedades letales, entre ellas el cáncer. Por lo tanto, el uso de productos naturales como medicina preventiva adquiere cada vez más importancia”, explica Ray.
Su reciente investigación, publicada en línea en Cell Communication and Signaling en octubre, se basa en años de trabajo que muestran que el melón amargo inhibe la reproducción de las células de cáncer de mama, cáncer de próstata, y cáncer de cabeza y cuello en una placa de Petri en un modelo con ratones. Por ejemplo, su trabajo de 2018 descubrió que el melón amargo reducía la incidncia del cáncer de lengua en un modelo con ratones, y fue el trabajo más citado del año para la Investigación para la Prevención del Cáncer de la Asociación Estadounidense de Investigación del Cáncer.