Capturadores de cangrejos despacharon el producto en el mercado Caraguay, sur de Guayaquil Foto: José Beltrán.

En el mercado Caraguay, capturadores de cangrejos dice que llegan con máximo cuatro planchas, equivalente a 56 unidades.

En el mercado Caraguay, sur de Guayaquil, los comerciantes de cangrejos se mostraron disconformes por el precio del producto que recién había sido desembarcado por decenas de capturadores provenientes de distintos puntos del golfo.

Pablo Alvarado criticaba que le hayan pedido $ 60 por la plancha de cangrejos medianos y $ 70 por los de mayor tamaño, por lo que calculaba que él debería solicitar $ 18 por atado para obtener ganancia.

La plancha del crustáceo es la suma de cuatro atados. Si en la Caraguay la primera costaba $ 60, significaba que el atado estaría en $15.

Por lo general, un atado contiene catorce cangrejos, en consecuencia una plancha suma 56 unidades, pero en el segundo día de reanudación del comercio del producto, luego de un mes de veda, los capturadores indicaron que traían planchas de 52 crustáceos.

José Quinde, de la asociación Santa Rosa, de Puerto Roma, dijo que la producción estaba escasa, que cada compañero había traído de dos a cuatro planchas. “Cuando el cangrejo está caro, está caro; cuando está barato, está barato”, respondió a los comerciantes disconformes por los precios.

Las partes coincidieron en señalar que las constantes lluvias inciden en la producción actual, considerada baja. Refirieron que afectan los tiempos de traslado y de trabajo, acceso a los puntos de captura, incluso en el supuesto aumento del nivel del mar. “Es por el aguaje”, alegó un expendedor sobre por qué el cangrejo está caro.

Gil Peralta, usuaria del mercado Caraguay, desistió de adquirir un par de atados del crustáceo para consumir en la intimidad familiar. Contó que le pidieron $ 14 por uno, lo mismo que en otro sitio de Guayaquil o de Durán, según ella.

Ella optó por comprar concha prieta. Fue atendida por Luis Campoverde, quien además le ofreció mariscos que a él le trajeron de Esmeraldas. Dijo que las 25 unidades estaban a $ 4 y a $ 5, dependiendo del tamaño. “Estas son para asar”, expuso sobre las conocidas “pata de mula”.

Santiago Gaibor provenía del cantón Vinces, Los Ríos, donde es propietario de un cangrejal. Comentó que le pedían $ 70 por plancha, que pudo hacer una oferta por dos de estas. Dudó en adquirir más producto a “precio caro” o volver a los dos días esperando un descenso del costo.

“Comprando lo que se pueda porque hay que mantener el negocio igual, pero está caro. La gente allá piensa que uno viene acá a comprar barato”, expresó el ciudadano riosense.

Antonio Bustamante, dueño de un cangrejal en el barrio Garay, Guayaquil, también llegó al mercado Caraguay deseando conseguir producto al mejor precio. Comentó que se estaba reactivando luego del golpe económico por efecto de la pandemia del COVID-19.

Dijo que luego de reducir el número de mesas, por las restricciones de aforo, le resultó conveniente que el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) de Guayaquil autorizara la atención en las veredas.

En su local de Ismael Pérez Pazmiño y Capitán Nájera, su esposa, Glenn Hernández, mencionó que se esfuerzan en cerciorarse de que los comensales solo se retiren la mascarilla al momento de servirse.

En Sauces 6, Mario Silva ofrece cangrejos ceñido a las medidas de bioseguridad para minimizar el riesgo de contagio de COVID-19. Foto: El Universo.

En Sauces 6, Mario Silva, propietario de dos cangrejales situados en la avenida Isidro Ayora, cruce con la calle Gabriel Roldós, mencionó que las lluvias prácticamente imposibilitan sacar meses y sillas a las veredas.

Subrayó que mantiene personal para la toma de temperatura y provisión de desinfectante, como medida preventiva. Sostuvo que con el cangrejo caro le toca esforzarse para no afectar la calidad del servicio, que probablemente con el transcurso de las semanas bajaría el precio del crustáceo y le permitirá equiparar costos y mantener el equilibrio de su empresa.

En cangrejales, un combo de cinco unidades cuesta $ 10. “Dos manos gordas y tres medianos, salsa y maduro”, expuso personal de estos negocios.

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