jueves, 19 septiembre 2024.
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Ecuador: El internet llega a cinco comunidades de Riobamba, para que los niños estudien

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Nataly Alulema vive en Chiquicaz, una comunidad indígena de Riobamba, situada a 4 300 metros de altura. Ella pudo retomar sus clases escolares hace 20 días, cuando en su comunidad por primera vez se habilitó una conexión a internet.

La niña tuvo que dejar sus estudios a raíz de la pandemia por el covid-19, hace más de un año. La escuela comunitaria a la que asistía se cerró, los maestros dejaron de venir y enviaron a sus padres un enlace para recibir clases virtuales.

“Era muy difícil. Caminaba hasta la tienda, pedía una recarga de cinco dólares y me alcanzaba para recibir clases por unos 15 días”, cuenta Nataly. Otros 170 niños y adolescentes de la comunidad tenían el mismo problema.

El Municipio de Riobamba hizo un estudio de la situación de las 240 comunidades asentadas en las 11 parroquias rurales del cantón. Los técnicos determinaron que el nivel de deserción escolar era del 30% y que unos 1 500 estudiantes tenían problemas para continuar con sus estudios, por la falta de internet.

“En estas comunidades las empresas de telecomunicaciones no ofrecían el servicio de internet. No estaban interesados en invertir en infraestructura para la conectividad debido a que el rédito económico no es significativo”, explica Alfredo Colcha, director del departamento de Tecnología del Cabildo.

Él cuenta que un grupo de técnicos empezó a buscar estrategias para llegar con la conexión hasta los sitios más distantes. 11 comunidades, una por cada parroquia rural, fueron seleccionadas para formar parte de un proyecto piloto, con apoyo municipal.

Se escogieron a las que tenían una mayor cantidad de estudiantes y las que, por la distribución de las viviendas, tenían más factibilidad de conectarse a la red. Hasta el momento ya se logró instalar internet en cinco comunidades.

Colcha comenta que el principal desafío es la distancia. Por ejemplo, Anguiñay, ubicada en la zona de influencia del Parque Nacional Sangay, a 3200 metros de altura, fue una de las zonas más difíciles de conectar con la red.

El equipo, integrado por 10 técnicos del Municipio y que también contó con el respaldo de técnicos de la Corporación Nacional de Telecomunicaciones, tuvo que colocar antenas para tomar la señal desde el cerro Sindiajiri, del cantón vecino de Guano.

La meta del Municipio es conectar a las 11 comunidades hasta junio del 2021. La inversión supera los USD 160 000 y beneficiará a 6 000 personas. Colcha dice que las dificultades técnicas son mayores en algunas comunidades muy distantes, por lo que no todas podrán tener una conexión de fibra óptica.

Algunas de las opciones que se evalúan son el internet de radio enlace, que consiste en enviar la señal a través de ondas radiales. Ese tipo de conexión se habilitó esta semana en la comunidad San Miguel de Quera. “Queremos que el proyecto continúe y que llegue a todas las comunidades de la parroquia Cacha.

Los estudiantes aquí tienen que caminar hasta 10 kilómetros para llegar a un punto de conexión y enviar sus tareas”, comenta Pablo Janeta, un dirigente comunitario. El Cabildo también empezó a recibir solicitudes para capacitar a las personas adultas que viven en los poblados, que recién se conectaron a Internet.

Muchos de ellos accedieron a por primera vez y esperan promocionar sus emprendimientos turísticos y artesanales a través de las redes. En la comunidad Sagrado Corazón, en San Luis, viven 168 familias.

En algunos hogares hay entre tres y cuatro personas en edad escolar, por lo que otra dificultad es que apenas tienen un dispositivo. Por eso, el proyecto del Cabildo contempla la entrega de 1 600 tabletas. Se está haciendo un estudio de los casos, para priorizar los hogares que recibirán un dispositivo móvil”, indica Colcha.

Fuente: El Comercio

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Nataly Alulema vive en Chiquicaz, una comunidad indígena de Riobamba, situada a 4 300 metros de altura. Ella pudo retomar sus clases escolares hace 20 días, cuando en su comunidad por primera vez se habilitó una conexión a internet. La niña tuvo que dejar sus estudios a raíz de la pandemia por el covid-19, hace más de un año. La escuela comunitaria a la que asistía se cerró, los maestros dejaron de venir y enviaron a sus padres un enlace para recibir clases virtuales. “Era muy difícil. Caminaba hasta la tienda, pedía una recarga de cinco dólares y me alcanzaba para recibir clases por unos 15 días”, cuenta Nataly. Otros 170 niños y adolescentes de la comunidad tenían el mismo problema. El Municipio de Riobamba hizo un estudio de la situación de las 240 comunidades asentadas en las 11 parroquias rurales del cantón. Los técnicos determinaron que el nivel de deserción escolar era del 30% y que unos 1 500 estudiantes tenían problemas para continuar con sus estudios, por la falta de internet. “En estas comunidades las empresas de telecomunicaciones no ofrecían el servicio de internet. No estaban interesados en invertir en infraestructura para la conectividad debido a que el rédito económico no es significativo”, explica Alfredo Colcha, director del departamento de Tecnología del Cabildo. Él cuenta que un grupo de técnicos empezó a buscar estrategias para llegar con la conexión hasta los sitios más distantes. 11 comunidades, una por cada parroquia rural, fueron seleccionadas para formar parte de un proyecto piloto, con apoyo municipal. Se escogieron a las que tenían una mayor cantidad de estudiantes y las que, por la distribución de las viviendas, tenían más factibilidad de conectarse a la red. Hasta el momento ya se logró instalar internet en cinco comunidades. Colcha comenta que el principal desafío es la distancia. Por ejemplo, Anguiñay, ubicada en la zona de influencia del Parque Nacional Sangay, a 3200 metros de altura, fue una de las zonas más difíciles de conectar con la red. El equipo, integrado por 10 técnicos del Municipio y que también contó con el respaldo de técnicos de la Corporación Nacional de Telecomunicaciones, tuvo que colocar antenas para tomar la señal desde el cerro Sindiajiri, del cantón vecino de Guano. La meta del Municipio es conectar a las 11 comunidades hasta junio del 2021. La inversión supera los USD 160 000 y beneficiará a 6 000 personas. Colcha dice que las dificultades técnicas son mayores en algunas comunidades muy distantes, por lo que no todas podrán tener una conexión de fibra óptica. Algunas de las opciones que se evalúan son el internet de radio enlace, que consiste en enviar la señal a través de ondas radiales. Ese tipo de conexión se habilitó esta semana en la comunidad San Miguel de Quera. “Queremos que el proyecto continúe y que llegue a todas las comunidades de la parroquia Cacha. Los estudiantes aquí tienen que caminar hasta 10 kilómetros para llegar a un punto de conexión y enviar sus tareas”, comenta Pablo Janeta, un dirigente comunitario. El Cabildo también empezó a recibir solicitudes para capacitar a las personas adultas que viven en los poblados, que recién se conectaron a Internet. Muchos de ellos accedieron a por primera vez y esperan promocionar sus emprendimientos turísticos y artesanales a través de las redes. En la comunidad Sagrado Corazón, en San Luis, viven 168 familias. En algunos hogares hay entre tres y cuatro personas en edad escolar, por lo que otra dificultad es que apenas tienen un dispositivo. Por eso, el proyecto del Cabildo contempla la entrega de 1 600 tabletas. Se está haciendo un estudio de los casos, para priorizar los hogares que recibirán un dispositivo móvil”, indica Colcha. Fuente: El Comercio