La velocidad y dribles de Gonzalo Plata ilusionan a los hinchas de la selección de Ecuador, de cara al debut en el Mundial de Qatar 2022, el próximo 20 de noviembre.
Desde el suburbio oeste de Guayaquil acudía a los partidos de la Academia Alfaro Moreno, con el sueño de poder llegar a al balompié profesional. La pelota atada al pie, facilidad para desparramar rivales, buena pegada y tranquilidad en el rectángulo de juego fueron características que luego se potenciaron en Gonzalo Plata.
En una humilde y pequeña casa, sin mayores lujos, convivía con su madre y hermanos, de quienes recibió un apoyo incondicional y con los que ahora puede disfrutar su presente. Un pequeño espacio de tierra le servía para juntarse con amigos y en su mente imaginar que tales escenarios eran estadios y que vestía la camiseta de la selección de Ecuador.
El talento, inclusive, lo llevó a obtener una beca estudiantil para su formación. Mónica Jiménez, madre de Plata, relataba en aquella época -bajo el abrazo de su hijo- que el fútbol le era una constante y que únicamente lo alejaba por las noches y para sus tareas. Sabía que, pese a su edad, su hijo era alguien que se hacía a sí mismo y los frutos empezaban a llegar.