El Fusarium oxysporum cubense raza 4 tropical (FOC R4T) es un patógeno que ingresa a las plantas a través de las raíces, causando una marchitez letal que puede propagarse rápidamente. Esta enfermedad puede extenderse a nuevas áreas mediante materiales de plantación infectados y partículas de suelo contaminado presentes en diversos elementos como calzado, herramientas agrícolas y agua de riego.
En un esfuerzo conjunto por preservar la industria bananera de Ecuador, Colombia, Costa Rica y México, representantes del sector privado, organismos internacionales y productores se reunieron para intercambiar experiencias y estrategias en la prevención y control del Fusarium raza 4, así lo informó el IICA por medio de un comunicado.
El evento, organizado por la Alianza Global contra el R4T y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), congregó a expertos y actores clave de la industria bananera de los países mencionados.
Durante las sesiones, se destacó la urgente necesidad de unificar esfuerzos y adoptar enfoques colaborativos para hacer frente a esta amenaza que podría afectar las cadenas alimentarias a nivel global.
Los participantes resaltaron la importancia de centrarse en la prevención y la capacitación, así como en el desarrollo de variedades de banano resistentes mediante mejoramiento genético, también se enfatizó la necesidad de implementar métodos de control que refuercen la resistencia de las plantas y frenen la propagación del hongo FOC R4T.
Marianella Ubilla, presidenta del Directorio de la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador (AEBE), mencionó la necesidad del blindaje de plantaciones bananeras con alto riesgo de ser contaminadas con fusiariosis R4T en ese país, dada la libre movilidad humana en las fronteras con Colombia y Perú. Destacó la necesidad de contar con productos financieros dirigidos a productores para combatirla.
Gabriel Rodríguez Marqués, secretario ejecutivo de la Alianza Global contra el R4T, subrayó la necesidad de brindar capacitación a pequeños agricultores en métodos de control de enfermedades para mejorar su productividad.
“Es importante la aceptación del papel de la ciencia genética moderna en la producción de alimentos, la capacitación de pequeños productores en métodos de control de enfermedades para que mejoren la productividad todos los cultivos, y la mejora de la bioseguridad en las granjas, esencial para todos los cultivos a medida que el cambio climático impulsa la propagación de enfermedades”, señaló.