En un informe revelado por la Dirección de Seguridad de la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA), se destaca su gran preocupación por la creciente crisis de inseguridad que ha envuelto al sector camaronero ecuatoriano durante el periodo de enero a noviembre de 2023. Los datos recopilados indican un total de 76 incidentes delictivos, con 58 personas heridas y cuatro víctimas fatales.
Sin embargo, la verdadera magnitud del problema podría ser mucho mayor, ya que se estima que solo el 30% de los hechos se denuncian, revelando que la realidad podría superar los 200 eventos delictivos en el mismo período. La audacia de los grupos delictivos ha alcanzado niveles críticos, incursionando en propiedades productivas, interceptando a trabajadores en tránsito y perpetrando actos de violencia para expandir su control territorial.
La respuesta del sector camaronero ha sido significativa, con una inversión anual de más de 80 millones de dólares en medidas de seguridad, que van desde la contratación de guardias hasta la implementación de avanzados sistemas de videovigilancia con inteligencia artificial y tecnología de rastreo satelital. A pesar de estos esfuerzos, la lucha contra la delincuencia parece lejos de ser ganada.
El impacto se extiende más allá de las estadísticas, generando conmoción interna en el país. Los trabajadores se sienten amenazados y reacios a acudir a sus lugares de trabajo, afectando áreas cruciales como la producción y otros eslabones de la cadena camaronera.
La Cámara Nacional de Acuacultura, mediante boletín explica que ha establecido una mesa de seguridad para atender alertas en el Golfo de Guayaquil y el Archipiélago de Jambelí, evidenciando la urgencia de una acción gubernamental colaborativa para contrarrestar la violencia. A pesar de los esfuerzos del sector privado, la propuesta de reformas al reglamento de armas para facultar a las empresas de seguridad a portar armamento de largo alcance no ha recibido el respaldo del gobierno.
Ante esta situación, la CNA hace un llamado urgente al nuevo gobierno del presidente Daniel Noboa para que adopte medidas inmediatas y eficaces. La colaboración internacional se presenta como una opción esencial para hacer frente a la delincuencia que no solo afecta al sector camaronero, sino también a otras ramas de la producción y el comercio, así como a la ciudadanía en general. La implementación de estrategias cuidadosamente planificadas y la colaboración entre los sectores público y privado se vuelven imperativas para restaurar la seguridad en el país, un tema que debe ser considerado prioritario en la agenda del gobierno.
