En el corazón de la industria bananera ecuatoriana, se desata una pugna entre los productores que buscan seguridad contractual y aquellos que defienden la flexibilidad de los precios spot.
La creciente tensión en el sector bananero ecuatoriano plantea cuestionamientos sobre el futuro de la industria, con un dilema latente entre la necesidad de reformas y la resistencia a cambios que podrían tener un impacto significativo en la competitividad del sector que necesita redefinir la dinámica de una de sus principales fuentes de ingresos y empleo.
Franklin Torres, presidente de la Federación Nacional de Bananeros, ha señalado la inestabilidad del negocio y el incumplimiento de contratos y pagos mínimos. Subraya la necesidad de una intervención gubernamental para proteger a más de 5600 productores y a más de 300,000 familias que dependen del sector.
En medio de la crisis, la Federación Nacional de Bananeros propone un plan para regular la oferta y mantener precios estables, buscando la aprobación del Ministerio de Agricultura.
Iván Goottman, productor bananero de la provincia de El Oro, se muestra en desacuerdo con el precio spot, alegando que este modelo impide a los productores gestionar precios estables. Sostiene que dicho enfoque afecta de manera perjudicial al sector productor bananero del país, mientras beneficia al sector exportador.
Goottman subraya su experiencia de hace una década, cuando, a pesar del incremento en el precio del banano en Rusia, los productores no experimentaron ningún beneficio tangible. Desde su perspectiva como productor, Goottman ha extendido múltiples invitaciones a Richard Salazar para debatir sobre el rumbo del negocio, buscando un diálogo constructivo para abordar los desafíos que enfrenta la industria bananera.
Por su parte Richard Salazar, director ejecutivo de ACORBANEC, en entrevista con este medio muestra su preocupación ante la realidad del sector bananero ecuatoriano. Según Salazar, solo el 30% de los productores ha firmado contrato para el año 2023, mientras que el precio spot promedio durante las primeras 47 semanas se mantiene en $7.30, por lo que aboga por sincerar si la venta debe realizarse en contrato o spot, señalando la necesidad de una reforma normativa para abordar la antigua ley que rige al sector.
La falta de cifras oficiales, argumenta, sobre los productores con contrato ha sembrado incertidumbre, estimándose que no llega ni al 10% de la oferta exportable, según Salazar.
Segundo Solano Gavilanes, presidente de la Asociación de Bananeros Orenses, cuestiona los esfuerzos de Acorbanec por influir en la aprobación de la ley, argumentando que el precio spot amenaza la supervivencia de todos los productores, tanto pequeños como medianos.
La tensión en el sector bananero ecuatoriano se intensifica, generando un conflicto entre la necesidad urgente de reformas y la resistencia a cambios que podrían impactar la competitividad. La incertidumbre sobre el futuro de la industria plantea interrogantes sobre cómo se resolverá esta crisis que afecta a un pilar crucial de la economía del país.
