El aguacate es uno de los cultivos que se perfila con buenas expectativas en Ecuador, sin embargo, la falta de apoyo crediticio y de una buena asistencia técnica, ha dificultado el desarrollo de la actividad.
En un diálogo con el PRODUCTOR.COM, Marcelo Reinoso, miembro del directorio de la Corporación de Productores de Aguacate, comparte su visión sobre el crecimiento exitoso de este cultivo en el país.
A pesar del impulso propio de los productores, Reinoso enfatiza la crucial necesidad de apoyo gubernamental para llevar el proyecto al siguiente nivel.
Con cerca de 2,000 hectáreas cultivadas, incluyendo las varietales Hass y fuerte, el aguacate ecuatoriano está ganando terreno en los mercados internacionales. Reinoso identifica obstáculos clave, como la competencia con Perú, y destaca la importancia de la certificación para acceder a mercados como el de Estados Unidos.
El líder agrícola subraya el impacto positivo del aguacate en la economía, proponiendo incentivos para la expansión del cultivo en la Sierra como una estrategia efectiva para generar empleo. El aguacate, según Reinoso, no es solo un cultivo, sino una oportunidad transformadora para las familias agrícolas ecuatorianas, proporcionando ingresos significativos y sostenibles.
Reinoso destaca la expansión del cultivo de aguacate en diversas áreas de Ecuador, abarcando tanto la Sierra como la Costa del país. En la Sierra, menciona la presencia en valles desde Carchi hasta Azuay, incluyendo provincias como Pichincha y Tungurahua. En estas zonas, se ha observado un incremento significativo en la producción de aguacate.
En la Costa, Reinoso resalta la importancia de febrero como el mes de inicio de la cosecha, coincidiendo con la temporada en la Sierra. Menciona provincias como El Oro, Santo Domingo de los Tsáchilas y Bolívar, donde se incrementa obligatoriamente la producción. Además, señala la participación de áreas como Loja, Bolívar, Manabí entre otras.
La diversificación geográfica de las áreas de producción busca aprovechar las condiciones climáticas propicias en distintas regiones para extender la temporada de cosecha y mantener la oferta constante. Sin embargo, también destaca el desafío competitivo con Perú, especialmente cuando ambos países coinciden en sus periodos de cosecha, afectando los precios debido a la abundancia del producto en el mercado.
Reinoso menciona dentro de los proyectos para el 2024 el procesamiento como una estrategia clave para el futuro del cultivo de aguacate en Ecuador. Este proyecto implica la creación de una planta de procesamiento dedicada a la fruta, lo que permitiría dar un valor agregado al producto antes de su llegada a los mercados.
La planta de procesamiento estaría encargada de transformar los aguacates cosechados en diversos productos, como aceites, guacamole u otros derivados, lo que no solo diversificaría la oferta sino también generaría empleo adicional en la cadena productiva. Además, este enfoque busca aprovechar al máximo cada cosecha, reduciendo posibles desperdicios y aumentando la rentabilidad para los productores.
Además, Reinoso destaca la importancia de trabajar en conjunto con asistencia técnica, trazabilidad y certificación por parte de los productores. Estos elementos son esenciales para garantizar la calidad del producto y cumplir con los estándares internacionales requeridos para el acceso a mercados exigentes, como el de Estados Unidos y Europa.
En conclusión, Reinoso hace un llamado al Ministerio de Agricultura para que reconozca el aguacate como un ‘solitario ganador’ y canalice recursos y estrategias para aprovechar su potencial como motor de desarrollo sostenible y prosperidad para Ecuador.”