En un evento técnico celebrado en el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) en Palmira, Colombia, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el CIAT organizaron la Consulta regional para América Latina y el Caribe. Este encuentro se centró en la revisión del segundo plan de acción mundial para los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura.

El evento fue inaugurado por Mario Lubetkin, Subdirector General y Representante Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, acompañado por Juan Lucas Restrepo, Director General de Alliance of Biodiversity International y CIAT, Dan Leskien, Oficial responsable de la Comisión de Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura, y Álvaro Toledo, Secretario de la misma comisión.

Durante su discurso, Lubetkin enfatizó la importancia de la diversidad genética en los cultivos, destacando que estos recursos son esenciales para la producción agrícola sostenible y la seguridad alimentaria. «La diversidad en los cultivos nos brinda alternativas cruciales para enfrentar el hambre y la malnutrición, especialmente en el contexto del cambio climático», afirmó Lubetkin.

Señaló que aunque más del 80% de los alimentos provienen de plantas, menos del 7% de las especies vegetales son utilizadas para la alimentación humana, lo que constituye un riesgo significativo. «Debemos promover un mayor uso de la diversidad de cultivos y la biodiversidad, incluyendo nueces, hongos y legumbres. Reconociendo las enormes oportunidades que ofrecen, podemos mejorar la producción de alimentos de manera más eficiente y sostenible».

La convocatoria de esta consulta regional surgió de una recomendación de la Comisión de Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura, instando a la FAO a revisar el Segundo Plan de Acción Mundial para los Recursos Fitogenéticos, basándose en las conclusiones del Proyecto de Tercer Informe sobre el estado de estos recursos a nivel mundial.

Lubetkin subrayó el compromiso de la FAO con el Marco Estratégico 2022-2031, que busca apoyar la Agenda 2030 mediante la transformación de sistemas agroalimentarios más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles. Destacó la importancia de conservar y utilizar de manera sostenible los recursos fitogenéticos, y la necesidad de políticas basadas en evidencia y evaluaciones periódicas para guiar acciones futuras.

La consulta reunió a diversos actores, incluyendo gobiernos, organizaciones internacionales e instituciones de investigación, con el objetivo de abordar las prioridades regionales en la conservación y uso sostenible de los recursos fitogenéticos para la próxima década. Este esfuerzo contribuirá a la revisión del Segundo Plan de Acción Mundial adoptado por el Consejo de la FAO en 2011.

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