ras ventajas de la tecnología son un mejor control del riego y la nutrición y la reducción del uso de plaguicidas

  • Las plantas se desarrollan en invernaderos, cultivados en macetas o bolsas que contienen el sustrato de la cáscara de coco.
  • En experimentos en Ceará, el método permitió la reducción del uso de insumos y mano de obra y el mejor control del riego y la nutrición de las plantas.
  • La productividad fue 33% superior al rendimiento obtenido en campo abierto.
  • Los productores que adoptaron la alternativa tecnológica obtuvieron frutas uniformes y de calidad.
  • El sustrato de la cáscara de coco es una alternativa viable para la producción de tomates en la región noreste, donde su disponibilidad es amplia.

 

Embrapa Industria de la inglesa Tropical (CE) ha desarrollado un proceso tecnológico que permite el cultivo de tomates cherry en sustrato de concha de coco. Mediante este método, las plantas se desarrollan en macetas o sacos que contienen el sustrato. El cultivo se realiza en invernaderos y lienes y el agua y las necesidades nutricionales de las plantas se encuentran satisfechas con la aplicación de soluciones nutritivas. En experimentos realizados en la Serra da Ibiapaba (CE), entre 2020 y 2022, el proceso se tradujo en una productividad de los cultivos un 33% superior a la tradicionalmente obtenida en la región, además de presentarse como una alternativa económica y ambientalmente sostenible.

Con la adopción de las técnicas desarrolladas por Embrapa, los productores locales lograron, en los experimentos, 80 toneladas de tomate-cereza por hectárea, una productividad 33% superior a la obtenida en el campo abierto, que es de 60 toneladas por hectárea. Según el investigador Fábio Miranda, la adopción del cultivo protegido en sustrato puede resultar en rendimientos incluso superiores a los observados en las pruebas en la Serra de Ibiapaba.

Miranda destaca otros beneficios de la tecnología: un mejor control del riego y la nutrición y una mayor eficiencia del uso del agua y fertilizantes; reducción en el uso de pesticidas agrícolas (herbicidas, nematicidas, fungicidas e insecticidas); obtención de frutos más uniformes con mayor calidad y valor comercial; y menores costos con mano de obra, debido a la eliminación o reducción de prácticas culturales como malas hierbas y aerosoles.

El sustrato de la fibra de coco se recomienda para el cultivo protegido de tomate en el Noreste, ya que además de presentar mejores resultados en este tipo de producción, es abundante materia prima en la región, viable en términos económicos. Otros aspectos que hacen de la fibra un producto rentable, según Miranda, son sus excelentes características fisicoquímicas, como la estabilidad física, bajo peso, alta porosidad, buena aireación, alta capacidad de retención de agua y pH neutro. El uso también beneficia a la cadena de producción de cocos, añadiendo valor a un residuo de la producción de esta fruta, dice el investigador.

El cultivo de sustrato ha ido creciendo en los países europeos, principalmente en los Países Bajos, España e Italia, en Estados Unidos, México, China, el norte de África y Brasil, especialmente para verduras de frutas como tomates, pimientos, cuervo, melón y fresa, así como flores cortadas y plantas ornamentales.

Menor incidencia de plagas

Los primeros experimentos para la producción de tomate en cultivo protegido y sin tierra se llevaron a cabo en los municipios de Guaraciaba do Norte y San Benedito. Juliáo Soares, productora de tomate y propietaria de la paja Timbaúba (Guaraciaba do Norte), ha estado trabajando con el cultivo de verduras durante casi 30 años. Inicionalmente, estaba llevando a cabo el cultivo de tomates tradicionales, que ahora da paso a la plantación de una variedad especial, conocida como uva de uva.

Al dar nueva dirección a su negocio, el productor buscó apoyo de Embrapa para adoptar el cultivo protegido y sin suelo. Antes, plantamos en campo abierto, en una gran cantidad de tierra y con baja productividad. Notamos, desde las visitas a algunas ferias del sector, que sería posible plantar en un espacio más compacto y obtener mayor productividad. Esto llamó nuestra atención, así que apuestamos y nos disolvimos, informa Juliá Soares.

Joao Victor Soares es estudiante de agronomía en la Universidad Federal de Ceará (UFC) y asiesta a su padre en la administración del cultivo protegido. Según él, sus responsabilidades están vinculadas al seguimiento y monitoreo de la presencia de plagas y enfermedades en la huerta. El cultivo protegido es un modelo en el que la incidencia de plagas tiende a ser mucho menor debido al ambiente cerrado y controlado. Y, si se produce, es mucho más fácil adoptar la gestión integrada de plagas, es decir, aplicar las medidas de control precisas», dice el estudiante.

Además de aplicar la gestión protegida y sin suelo en el cultivo de tomates tocher, Joao Victor Soares revela que este modelo también se puede utilizar en la producción de plánducos vegetales. En el invernadero Timbaúba también se producen plánducas de pimienta, tomates y pepino, entre otros.

Conocer más

A lo largo de las investigaciones, Embrapa Agroindustria Tropical ha iniciado varios estudios técnicos sobre el cultivo protegido de la cereza de tomate en sustrato. En los estudios -producción de tomate en sustrato de fibra de coco (Técnica 33) y «Cultivarable» protegida de tomates cherry, en sustrato, en la región de Ibiapaba, Cearás (Tecnique Circular 51), los investigadores revelan cada etapa de cultivo protegido, desde la instalación de huertos hasta las vías culturales necesarias.

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