Santo Domingo de los Tsáchilas cuenta con 21.000 hectáreas sembradas de plátano, banano, orito y abacá, cuya producción se ve amenazada por esta plaga.
El moko del plátano, o ralstonia solanacearum raza 2, es una plaga devastadora para las plantaciones de musáceas como plátano, banano, orito y abacá. En los últimos meses, se ha convertido en una amenaza para los agricultores de Santo Domingo de los Tsáchilas.
Esta enfermedad, causada por una bacteria que está en el suelo, afecta directamente el sistema vascular de la planta, impidiendo el transporte de nutrientes y agua, lo que resulta en el marchitamiento y muerte del árbol.
Guillermo Aguavil, productor de plátano en el recinto Unión Carchense, mencionó que se ha visto perjudicado por esta enfermedad, lo que le ha representado pérdidas económicas.
“Me ha tocado cambiar la producción de plátano a yuca para tratar de mitigar las pérdidas. Además, estoy realizando protocolos de bioseguridad para evitar que mueran las pocas plantas que aún me quedan”, sostuvo.
Señaló que, por una hectárea de plátano afectada por esta plaga, su pérdida económica ascendería aproximadamente a 8.000 dólares.
Añadió que estos problemas también provocan la reducción de mano de obra en las fincas, generando desempleo.
EL DATO Para las inspecciones, los técnicos utilizan un dron para tener mayor alcance y determinar qué otros sitios están afectados.
Medidas
Larry Rivera, coordinador general de Sanidad Vegetal de Agrocalidad, mencionó que desde julio están trabajando con 15 técnicos en recorridos por los sitios de producción para determinar la afectación real en la provincia.
Explicó que han visitado el cantón La Concordia y la parroquia rural Valle Hermoso, donde aparentemente se encuentran afectaciones en plantaciones de plátano. “Hemos inspeccionado cerca de 4.000 hectáreas y, de estas, aproximadamente el 1.5% tienen la enfermedad del moko”, sostuvo.
Asimismo, comentó que, además de las inspecciones, también realizan charlas a los productores sobre medidas de bioseguridad, como la importancia de la desinfección del calzado, de las herramientas y de evitar el intercambio de materia vegetal. “Con esto tratamos de que la plaga no se disperse”.
Añadió que espera que a mediados o finales de agosto culminen con las inspecciones y saber la afectación en su totalidad. (CT)
Origen A decir de Rivera uno de los factores para la propagación de la enfermedad es la temporada invernal que azotó a la región de la Costa. En ciertas zonas, hubo inundaciones que provocaron que la bacteria se trasladara de manera rápida a otras áreas. En el verano, la enfermedad se puede evidenciar en las plantaciones