BRASIL: Diversificar cultivos de maíz aumenta beneficios en un 11%

Las encuestas realizadas a lo largo de tres años de cosechas 2020/2021, 2021/2022 y 2022/2023 en el oeste y medio oeste de Paraná indican que la diversificación de los cultivos agrícolas en la sucesión entre la soja y la segunda cosecha de maíz aumenta el beneficio de los productores hasta en un 11%. Los experimentos, realizados en asociación entre Embrapa y el Centro de Investigación Agrícola Copacol, identificaron tres modelos de producción más rentables, que incluyen braquiaria, avena negra y trigo en el sistema de producción. Los resultados se compilan en la publicación Modelos de producción intensificados para la diversificación de la matriz productiva más allá de la sucesión de maíz 2a cosecha/sojo en las regiones y en el mundo y en el este de Paraná.

Según el investigador Alvadi Balbinot, de Embrapa Trigo, uno de los autores de la publicación, al introducir la braquiaria consorciada con la segunda cosecha, en sucesión a la soja, por ejemplo, hubo un aumento significativo en la productividad de la soja. En este modelo, la rentabilidad observada fue un 11% superior al sistema estándar de la región, dice Balbinot.

En el segundo modelo considerado eficiente, el sistema de producción se planeó con segunda cosecha de maíz, avena negra, soja, maíz de segundo cultivo y soja. En este ejemplo, cada dos años, se cultiva avena como cubierta vegetal del suelo, en la tercera cosecha. Los resultados de este modelo de producción más intensificado presentaron una rentabilidad superior al 10% en comparación con el sistema tradicional adoptado en esta región, dice el investigador.

En el tercer sistema de producción evaluado como rentable, los investigadores introdujeron trigo, configurando el sistema así: segunda cosecha de maíz, tercera cosecha de trigo, soja, segunda cosecha de maíz y soja. En esta propuesta, con la producción de trigo, se obtuvo una rentabilidad en el sistema de producción un 6,6% superior a la tradicional sucesión de soja con la segunda cosecha de maíz, explica Balbinot.

El investigador Henrique Debiasi, de Embrapa Soja, refuerza que la diversificación trae otros beneficios más allá de la viabilidad económica. Debiasi señala que la rotación del segundo maíz cosechado, en un solo o interculpa a ruziziensis, con cereales de invierno como el trigo, representa una alternativa para diversificar la matriz de producción, ya que proporciona reducción de los costes de producción y aumento de la productividad de la soja en comparación con el modelo de sucesión que se utiliza tradicionalmente en la región. La cobertura y mejora de la calidad del suelo se reflejan en mayores rendimientos y menores costos de producción de la soja, así como en un mayor rendimiento de la segunda cosecha de maíz, enfatiza.

Para el investigador, el uso de avena negra o trigo en los sistemas de producción de Paraná es un innovador proceso agrícola, ya que aumentan la diversificación de la matriz productiva, la producción de filtomas y la intensificación del uso de la tierra entre la cosecha de maíz en segunda cosecha y siembra de soja. En la siguiente fase de investigación centraremos los esfuerzos en la validación de los resultados en propiedades rurales, así como en la transferencia de esta tecnología a los productores de la región, añade Debiasi.

Mejora del sistema productivo

Los resultados de la investigación, que estimula la diversificación de los sistemas de producción, indican que el aumento de la productividad y la estabilidad de la producción están asociados a la adopción de tecnologías que aumentan la disponibilidad de agua para las plantas. Esto implica la construcción de un perfil del suelo sin impedimentos físicos (compnacto), químicos (acidacia excesiva, con bajo contenido de calcio y presencia de aluminio tóxico) y biológico (un ataque de nematodo y hongos fitopatógenos) al crecimiento de la raíz. La mejora de la estructura del suelo, además de favorecer el crecimiento de la raíz, proporciona una mayor tasa de infiltración y almacenamiento de agua disponible para las plantas, así como optimiza los flujos de agua, oxígeno y nutrientes del suelo a las raíces, dice el investigador de Embrapa Júlio Franchini.Júlio Franchini

La intensificación de la erosión del agua ha preocupado a los productores y técnicos de Paraná porque aumenta las pérdidas de suelo y agua, con consecuencias negativas para la producción agrícola y el medio ambiente. La pérdida de la capa más fértil del suelo disminuye la productividad de los cultivos, considerando sólo la sustitución de los nutrientes perdidos y representa pérdidas financieras.

Fotos de fotos