El reciente análisis del océano ha revelado información clave sobre el fenómeno de El Niño y La Niña, que afecta significativamente las condiciones climáticas en la región ecuatoriana. En una reunión celebrada el 3 de octubre, el comité para el fenómeno de El Niño examinó diversos parámetros oceanográficos, destacando las anomalías en la temperatura superficial del mar, así como variables meteorológicas relevantes, indicó a este medio el Capitán David Garzón, director de Oceanografía y Meteorología marina del Inocar
Según el experto actualmente, la temperatura del mar presenta una ligera anomalía negativa de aproximadamente -0.2 °C, lo que indica que las aguas están ligeramente más frías de lo normal. Sin embargo, esta variación no es suficiente para declarar un evento de La Niña, ya que se requieren anomalías más significativas para tal conclusión.
Análisis Histórico y Condiciones Futuras
El estudio del océano se basa en parámetros físicos, químicos y biológicos recopilados a través de sensores y cruceros oceanográficos. Este análisis histórico permite evaluar el comportamiento normal del océano y las variaciones que puedan estar ocurriendo en la actualidad. Aunque la temperatura actual sugiere un posible evento de transición entre la época seca y la húmeda, aún es prematuro afirmar que se trata de un fenómeno de La Niña, destacó.
Además, es fundamental considerar otros factores globales, como el calentamiento climático, el aumento del nivel del mar y la expansión térmica del océano, que también impactan las condiciones oceánicas. Estos fenómenos pueden alterar los patrones históricos y complicar la predicción de eventos climáticos.
Reuniones de Monitoreo: El comité de monitoreo, conformado por diversas instituciones, se reúne mensualmente para evaluar estos parámetros. La próxima reunión está programada para el 23 de octubre de 2024, donde se analizarán los últimos datos y se definirán las proyecciones para la temporada invernal, explico Garzón.
Perspectivas para el invierno
Con base en los datos recopilados, expresó, se prevé un invierno que podría ser normal, pero sin garantías de que será un invierno fuerte. La posibilidad de lluvias esporádicas podría contribuir a mejorar las condiciones del suelo, aunque se deben monitorear de cerca las variaciones en la temperatura del mar en los próximos meses.
En resumen, mientras que la situación actual del océano no indica un evento claro de La Niña, la vigilancia continua y el análisis de los parámetros oceánicos seguirán siendo cruciales para entender y anticipar las condiciones climáticas en la región.