David Ramírez, productor de maíz en el Oriente del Ecuador, expresó a nuestro medio, su frustración y preocupación tras la reciente reunión en el comité consultivo, y la aprobación de 95.000 toneladas de maíz que se importarán, destacando la necesidad urgente de una reforma al acuerdo ministerial 323, vigente desde 2010.
En este acuerdo, según Ramírez, no se ha considerado adecuadamente a los productores del Oriente, a pesar de que llevan más de tres años solicitando ser incluidos con voz y voto en el consejo consultivo. Actualmente, el comité está desbalanceado, con una mayoría de votos del sector industrial, lo que, según Ramírez, favorece los intereses de las grandes empresas en detrimento de los agricultores.
Ramírez detalló que, a pesar de que la producción de maíz en la región del Oriente ha crecido significativamente desde 2015, los productores siguen enfrentando grandes desafíos. En la provincia de Sucumbíos y Orellana, se cultivan aproximadamente 16,000 hectáreas de maíz, con una producción de 70,000 toneladas de maíz seco en la temporada de cosecha, que va de noviembre a febrero. Sin embargo, se ve amenazada por las importaciones adicionales que, según él, perjudican los precios y las condiciones de vida de los agricultores.
En la reunión del comité consultivo, Ramírez también denunció la falta de transparencia por parte de la industria, que pidió la importación de 153,000 toneladas de maíz sin presentar datos claros que respalden esta solicitud. Según Ramírez, los datos disponibles, proporcionados por el Ministerio de Agricultura y Ganadería, indican que aún hay maíz disponible en el país, especialmente en el Oriente y Loja, lo que pone en duda la necesidad de la importación.
Ramírez subrayó que el precio del maíz fijado por el gobierno, de $16.50 por quintal, no es suficiente para cubrir los costos de producción en el Oriente, donde los costos son más altos que en otras regiones del país debido a factores como el transporte, el clima y la tecnología utilizada. “Este precio no cubre ni el costo de los préstamos que tomamos para sembrar”, indicó Ramírez, quien añadió que, además, la falta de un seguro adecuado para los agricultores agrava la situación.
En cuanto al futuro del maíz en la región, Ramírez advirtió que si las políticas actuales continúan, muchos agricultores podrían verse obligados a abandonar este cultivo y buscar alternativas como el cacao o la palma, lo que afectaría seriamente la producción nacional de maíz y la estabilidad de las familias rurales.
Acotó que no se han revisado las importaciones de trigo que se hacen sin regulación para abaratar costos en la producción de alimento balanceado ya que el trigo sale mucho mas barato.
El productor concluyó su intervención lamentando la falta de representatividad en las mesas de negociación, donde las decisiones para el futuro del sector agrícola se toman sin la participación activa de los agricultores. “Es un trabajo digno, pero no respaldado por políticas que realmente protejan a los productores”, señaló Ramírez, quien instó al gobierno a reconsiderar las políticas de importación y a escuchar las necesidades de los pequeños agricultores del Oriente.
El Ministro de Agricultura y Ganadería, Danilo Palacios, durante una entrevista con nuestro medio el día de ayer, confirmó que el gobierno importará 95,000 toneladas de maíz. Aseguró que la medida busca garantizar la disponibilidad del grano a precios accesibles para los consumidores y la industria nacional, pero reconoció que la decisión podría generar tensiones con los agricultores locales.
Destacó que las importaciones se realizan solo cuando los inventarios nacionales no son suficientes para cubrir la demanda interna, y enfatizó que el gobierno está comprometido con encontrar un equilibrio entre las necesidades de la industria y la protección de los productores nacionales.